Aunque los tacos altos estilizan la figura y completan refinadamente un vestido, también generan más dolor e inflamación en el metatarso, la zona del pie que termina soportando todo el peso. Si no se utiliza el zapato indicado, difícil será escapar a las uñas encarnadas, a los juanetes (deformidad en la articulación del dedo gordo que puede inflamarse y causar dolor) o al dedo martillo (uno o más dedos del pie adquieren una posición en forma de garra).
Los expertos recomiendan usar siempre calzado cómodo y de la talla adecuada, que brinde buen soporte al arco y que sea acolchonado. Siempre es mejor usar zapatillas, pero la mayoría de las veces, esto no resulta posible. En esos casos, se recomienda vestir zapatos con punta redondeada o cuadrada y, en todo momento, independientemente de la forma del calzado, deben ser del ancho y del largo adecuados.
Quizás resulte difícil resistirse a un par de zapatos en oferta que son un número menos y que el vendedor juró que se amoldarían con el tiempo. Pero los zapatos deben calzar bien en el momento en que uno los está probando: el dedo gordo no debe tocar la punta y debe sentirse que todos los dedos del pie están apoyados. Una sugerencia es comprar calzado por la tarde, cuando los pies están más hinchados. De lo contrario, un par que queda perfecto por la mañana podría resultar una tortura pasadas las 17.
La situación ideal, sobre todo cuando se está por emprender una caminata, sería usar zapatillas. Además de ser anchas, deben contar con una suela alta y flexible que permita amortiguar el impacto de cada paso. Cuando se usa calzado con poca suela, todas las articulaciones (no sólo las del pie) se ven perjudicadas y la persona también podría sentir dolor de rodillas, cadera o espalda.
Muchas veces resulta difícil escoger el calzado adecuado. La moda dicta con qué tendrán que lidiar los pies cada temporada: zapatos en punta, plataformas o taco aguja. Sin embargo, por una cuestión de moda o por genuino gusto por un tipo de calzado, en la elección nunca debe pasar a un segundo plano la comodidad de los pies. Después de todo, las consecuencias negativas no sólo tendrán que ver con la salud, sino, a la larga, también con la estética.
El pie es el principal protagonista en los deportes, principalmente en los que involucran la carrera. Muchas lesiones del aparato locomotor durante el ejercicio se asientan en los pies, pero además la mayoría de las lesiones de estructuras superiores del esqueleto como rodillas, cadera y columna son consecuencia de deformaciones en esta parte del cuerpo y, por lo tanto, de una mala pisada.
Elegir el calzado adecuado es fundamental para prevenir lesiones y el deportivo ha sufrido una gran revolución, tanto en los materiales utilizados como en su diseño. En la actualidad, la fabricación de las zapatillas para practicar alguna actividad física se basa fundamentalmente en dos conceptos: amortiguación y equilibrio. Además existe una gran diversificación de productos adaptados a las características propias de cada deporte.
A la hora de elegir, cada atleta tendrá que encontrar el calzado con las características más apropiadas, para ello deberá considerar su peso, la clase de superficie sobre la cual entrena y el tipo de pisada. También es importante tener en cuenta el deterioro del material con el uso y la disminución de la capacidad de absorción del impacto, por lo tanto no olvidarse de renovar las zapatillas a tiempo.