Prueban tecnología portátil para controlar la epilepsia

Consta de electrodos ultralivianos que se colocan sobre el cráneo. Testeados en animales de experimentación, lograron disminuir en un 60% la duración de los episodios. 

Un científico argentino, junto con investigadores del exterior, desarrolló un método que permite disminuir en un 60% la duración de los episodios de ciertas formas de epilepsia en animales de experimentación.

Se trata de Mariano Belluscio, becario post doctoral de reinserción del Conicet en el Laboratorio de Fisiología de Circuitos Neuronales de la Facultad de Medicina de la UBA. El experto trabajó en el desarrollo de una técnica de estimulación eléctrica poco invasiva para controlar los síntomas de algunas formas de la enfermedad y sus resultados fueron publicados en la prestigiosa revista Science.

«El objetivo era detectar cuándo ocurría un episodio y en ese momento estimular eléctricamente el cerebro», explica Belluscio.

El equipo trabajó con animales de experimentación que presentaban una forma generalizada de epilepsia, relacionada con las crisis de ausencia o petit mal. En esta modalidad, la patología se presenta con un patrón específico de ondas en el electroencefalograma (EEG), que los investigadores usaron como marca para gatillar la estimulación eléctrica.

Durante el procedimiento insertaron tres electrodos ultralivianos entre el cuero cabelludo y el cráneo de los roedores, dos ubicados en la región temporal – por encima de las orejas – y uno en la zona frontal. La ubicación de los dispositivos permitió estimular casi toda la superficie del cerebro.

Como resultado, «los eventos epilépticos duraban un 60% menos y las ondas del EEG tenían menor amplitud, aunque la frecuencia de aparición de los eventos era la misma», comenta Belluscio.

Notaron además que la cantidad de señales que disparaban las neuronas durante la crisis se reducía, hecho que se relaciona con la disminución en la amplitud de las ondas en el EEG.

Marcelo Kauffman, investigador asistente en el Instituto de Biología Celular y Neurociencias (IBCN, Conicet-UBA), explica que las crisis epilépticas son la consecuencia de la hipersincronía de redes neuronales, es decir la activación de varias neuronas al mismo tiempo.

Este proceso “provoca una descarga anómala que se manifiesta clínicamente, dependiendo del área cerebral afectada, como una crisis epiléptica con distintos síntomas», comentó.

El objetivo de estos electrodos es generar una estimulación que interfiera con la hipersincronía, y si bien no impide la aparición del episodio, acorta su duración.

Pero este método tiene además otras ventajas. Al estar los dispositivos colocados sobre el cráneo, es una técnica minimamente invasiva que puede constituirse en un implante crónico ya que no interfiere con la vida cotidiana de la persona.

«Hicimos pruebas para ver si los animales notaban la estimulación, pero fueron negativas», dijo Belluscio. Sin embargo, el investigador explicó que estos resultados aún no se pueden trasladar a humanos, ya que hace falta conducir más pruebas en ese sentido.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente 50 millones de personas en el mundo padecen alguna forma de epilepsia. Si bien el procedimiento más usado es el farmacológico, también se estudia el impacto que tiene la estimulación eléctrica, en especial en pacientes resistentes al tratamiento con drogas.

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