La piel de algunas ranas contiene sustancias naturales que pueden servir para producir un nuevo tipo de antibióticos efectivos contra las infecciones resistentes a los medicamentos actuales, que amenazan a millones de personas en el mundo, según científicos de un laboratorio de los Emiratos Árabes Unidos (EAU). Los especialistas identificaron más de 100 sustancias antibióticas en la piel de distintas especies del animal, y presentaron los resultados de su estudio en la 240 reunión anual de la American Chemical Society que se celebra en Boston, EEUU.
Una de estas sustancias incluso combate la llamada bacteria iraquí (acinetobacter baumannii), responsable de las infecciones resistentes a los antibióticos que aquejan a muchos soldados heridos a su regreso de Irak.
«La piel de rana es una excelente fuente potencial de agentes antibióticos», señaló el bioquímico Michael Conlon, de la Universidad Al-Ain de Abu Dhabi, que presentó el estudio. Según Conlon, la explicación está en que los anfibios llevan en la Tierra unos 300 millones de años y han tenido mucho tiempo para aprender a defenderse de los microbios patógenos.
Los científicos saben desde hace años que la piel de las ranas es una fuente rica en sustancias químicas capaces de matar bacterias, virus y hongos, incluso han intentado aislar esas sustancias para desarrollar nuevos antibióticos. Pero hasta ahora fracasaron, porque tienden a ser tóxicas para las células humanas y algunos componentes químicos de la sangre las eliminan con facilidad.
Pero Conlon y sus colegas hallaron un modo de superar estos problemas ajustando la estructura molecular de esas sustancias antibióticas para hacerlas menos tóxicas para los humanos y más potentes como destructoras de gérmenes. También consiguieron que las secreciones de la piel de rana resistan el ataque de las enzimas destructivas en la sangre. El resultado son antibióticos que aguantan más tiempo en el flujo sanguíneo y que son más proclives a combatir las infecciones, señaló Conlon.
“El funcionamiento de estos antibióticos hace muy difícil que los microbios puedan hacerse resistentes a ellos”, añadió. En la actualidad, los científicos estudian las secreciones cutáneas de más de 6.000 especies de ranas, en busca de actividad antibiótica. Hasta ahora han aislado y determinado la estructura química de apenas 200, lo que deja un gran potencial a las sustancias que aún quedan por descubrir.
Para despejar dudas sobre el cuidado de los animales, el bioquímico explicó que sólo se usa a las ranas para obtener la estructura química del antibiótico, que luego se fabrica en el laboratorio. «Tenemos mucho cuidado de no hacer daño a estas delicadas criaturas y los científicos las devuelven a la naturaleza después de realizar un frotis para obtener las valiosas secreciones», afirmó.