EN EL CONGRESO ARGENTINO DE HIPERTENSIóN ARTERIAL |

Revelarán nuevas técnicas para desenmascarar la “hipertensión oculta”

Hoy se conoce que no solo los valores son importantes, sino también cómo varían a lo largo del día. Para un automonitoreo efectivo, existen dispositivos que se ajustan al cuerpo y miden la presión cada 20 minutos. Ellos permiten detectar, por ejemplo, el “ascenso matinal”, que predispone a más riesgo de ACV.

Hoy existen aparatos ajustables al cuerpo que pueden medir la presión cada 20 minutos.

Al crecer las evidencias científicas de que ciertas variaciones de la presión que no son registradas en las mediciones en consultorio incrementan el riesgo de mortalidad, expertos que se reunirán en un congreso organizado por la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA) debatirán nuevas estrategias y formas correctas de medir la presión arterial.

La presión de la sangre en las arterias varía latido a latido. Y en cada persona, en particular, lo hace en los diferentes momentos del día, entre la mañana y la noche, entre el sueño y la vigilia, entre el invierno y el verano.  Cambia además según la actividad, la postura y el estado de ánimo, e inclusive si se la toma en un brazo o en el otro.

Desde que su control se convirtió en un tema de salud pública, se consideró a los valores de presión sistólica y diastólica registrados en el consultorio médico como base para el diagnóstico, con el binomio 140-90 mmHg, popularizado como “14/9”, determinando la frontera entre una presión “normal” y la de hipertensión arterial, epidemia silenciosa que en los países occidentales afecta a más de un cuarto de la población adulta –y a más de la mitad de la población mayor de 65 años–, que se relaciona con trastornos metabólicos y vasculares y que, librada a su suerte, puede producir enfermedad coronaria, infarto cerebral (ACV), deterioro de la capacidad cognitiva e insuficiencia renal, entre otros problemas.

Más recientemente aparecieron evidencias de que es necesario prestar más atención a la variabilidad de la presión arterial, un factor al que hasta hace poco tiempo no se le daba mayor importancia. Se sabe, por ejemplo, que en las horas de sueño la presión naturalmente baja, y que las personas a las que eso no les sucede tienen mayor riesgo de sufrir un infarto cerebral.

También se probó que tener altos valores de presión al despertar –“ascenso matinal”–predispone a un mayor riesgo cardio y cerebrovascular, más que la variación en diferentes horas de la vigilia. 

A su vez, nuevos dispositivos digitales que se ajustan al cuerpo y permiten medir automáticamente la presión cada 15 ó 20 minutos y volcar los valores en un registro posibilitan hoy técnicas como la de monitoreo ambulatorio de la presión arterial (MAPA, o presurometría), con las que se obtienen nuevos datos sobre cada paciente que las mediciones habituales de presión en consultorio no podrían registrar.

Tanto es así que algunos especialistas (quizás no la mayoría) sostienen que la presurometría debería ser aplicada a todos los pacientes para diagnosticar hipertensión.

“Se estima que puede haber entre un 15 y 25 % de personas que padecen ‘hipertensión de guardapolvo blanco’ porque el estrés que les causa la medición de la presión en el consultorio les eleva de por sí la presión por encima de sus valores típicos, pero a la vez un 10% de las personas podría tener un fenómeno inverso, la presión arterial es normal en el consultorio pero elevada en su domicilio o lugar de trabajo. Está forma oculta o enmascarada solo se detecta con una presurometría”, resumió el doctor Marcos Marín, Presidente del Comité Organizador del XIX Congreso Argentino de Hipertensión Arterial de la SAHA, que se realizará entre el 12 y el 14 de abril próximos en el Hotel InterContinental de Buenos Aires, donde el debate por estas nuevas formas de medir la presión será uno de los temas principales.

El lema de este Congreso –“De lo esencial a lo secundario”– posee un doble mensaje, según explica el Presidente del Comité Científico del Congreso, doctor Pablo Rodríguez: “Por un lado existe la hipertensión arterial primaria o esencial, que es la más frecuente y cuya causa no puede ser identificada, y por otro lado la hipertensión secundaria, derivada de otras enfermedades; pero con esto hacemos referencia también a lo abarcador del programa, porque prácticamente no habrá tema relacionado con la especialidad que quede sin tratar”.

Las herramientas sobre la mesa

“No es que haya un cuestionamiento acerca de las formas de medir la presión arterial, sino que las evidencias están demostrando cada vez más que su variabilidad incrementa el riesgo cardiovascular, y eso hace que los especialistas estemos dando cada vez más importancia a estrategias de control que van más allá de la medición en el consultorio, como el monitoreo ambulatorio y el monitoreo domiciliario”, aclara el Dr. Rodríguez.

El doctor Marín estima que en la Argentina no excede del 20% la proporción de pacientes a los que se efectúa una presurometría de 24 horas, con el fin de diagnosticar hipertensión y evaluar el tratamiento antihipertensivo. “Los especialistas en hipertensión lo hacemos con casi todos, pero en los pacientes que son tratados por sus médicos de cabecera o en atención primaria la proporción seguramente es mucho menor”, especificó.

El doctor Daniel Piskorz, Presidente de la SAHA,  aclara por su parte que la presurometría “es una técnica diagnóstica como muchas otras: no siempre es necesaria, no está al alcance de todos, y hay pacientes a los que se les puede brindar un tratamiento óptimo sin necesidad de hacerla”. Las Guías para el tratamiento de la hipertensión elaboradas el año pasado por esa sociedad científica poseen indicaciones precisas de cuándo realizar este estudio diagnóstico: la “hipertensión de guardapolvo blanco”, la presión limítrofe, la hipertensión resistente, sospechas de hipotensión nocturna o pacientes que registran presión normal en consultorio pero poseen algún daño orgánico que nos hace sospechar una posible hipertensión oculta.

En cuanto al monitoreo domiciliario, el doctor  Pablo Rodríguez señala que “es sumamente útil cuando se lo realiza con una técnica y equipos adecuados , aunque esto no siempre es así”.

“En general –corrobora Marín–, el promedio dado para un paciente de su presión domiciliaria se corresponde bastante bien con el promedio diurno dado por la presurometría”.

 “En el caso del ‘ascenso matinal’ –ejemplificó el doctor Marín–, la presurometría nos permite generar estrategias de medicación para que esta compense esos incrementos bruscos de la presión al despertar, y así disminuir el riesgo que esto representa”.

Cómo medir la presión en casa

Recién en el año 2008, en Europa hubo un consenso de expertos que determinó cuál es la forma correcta de realizarse un automonitoreo.

• Debe utilizarse un tensiómetro automático validado.

• En todos los casos, la medición se debe hacer en posición sentada, relajado, sin haber bebido café, ni fumado en los últimos 30 minutos.

• La presión se debe medir dos veces, con uno o dos minutos de intervalo entre una y otra medición, por la mañana y dos veces por la noche.

• Si la persona toma medicación, la medición debe efectuarse antes de tomarla.

• Se deben anotar todos los valores  durante una semana previa a la visita médica.

• Conviene descartar los valores del primer día, porque dan mayores señales de alarma.

• El promedio del resto de las mediciones es el que da el valor promedio que los médicos deberán considerar. 

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