Una entidad que nuclea a los farmacéuticos del país recomendó «no utilizar fórmulas caseras que reemplacen a los bronceadores y protectores solares porque no protegen la piel y pueden causar efectos nocivos y daños graves a la salud de las personas».
La advertencia la realizó la Federación Argentina de Cámaras de Farmacia (FACAF) ante el inicio de la temporada veraniega cuando se incrementa el uso de estos artículos para proteger la piel de los rayos solares.
«Sólo se deben usar productos autorizados porque los preparados caseros como el jugo de zanahoria y de limón, aceite de oliva o germen de trigo y hasta gaseosas de color oscuro pueden originar lesiones severas, más aún en estos días en que la radiación ultravioleta ha llegado a niveles extremos», alertaron.
El presidente de la FACAF, Miguel Lombardo, explicó que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) «ha autorizado más de 550 variedades de protectores solares que se pueden adquirir en las farmacias y cada uno con las indicaciones correspondientes, las exigencias sanitarias y acorde a las necesidades de los usuarios, cumplen la función específica de proteger la dermis del impacto de los rayos».
«No se puede improvisar en esta cuestión tan seria, ya que sabemos de personas que para obtener un bronceado apelan a fórmulas caseras o preparados que resultan sumamente peligrosos», indicó el profesional.
Además, dijo que «recurrir a preparados conocidos como bronceadores caseros no garantiza un buen bronceado y a la larga no constituye un ahorro de dinero como se cree comúnmente y reiteró que estos productos «no contienen los elementos necesarios para proteger la piel y terminan resultando un trastorno para la salud».
Explicó que los bronceadores «son productos cuya fórmula permite que la piel tome color más rápidamente, logrando un bronceado intenso y duradero pero ofrecen protección contra los rayos nocivos del sol y vienen enriquecidos con vitamina E, lípidos, y aceite de jojoba que mantiene el nivel de humectación de la piel, previniendo la descamación».
En cambio, informó que los protectores o bloqueadores «se utilizan para proteger la piel y prevenir el envejecimiento prematuro», pero aclaró que «el filtro solar es un producto químico que absorbe la radiación ultravioleta y reduce la cantidad de rayos que penetran la piel, y el bloqueador es un producto físico que actúa reflejando la radiación UV (similar al efecto que posee un espejo) y repele los rayos sin permitir su paso a través de la piel».
Lombardo aseguró que «tanto los rayos solares como las lámparas de rayos ultravioletas y otros artefactos pueden ser peligrosos y causar cáncer de piel, trastornos oculares, debilitamiento del sistema defensivo para combatir las enfermedades y manchas en la piel de aspecto desagradable, arrugas y piel curtida, entre otras consecuencias».