Tratamiento contra tuberculosis podría dañar el hígado

Los adultos mayores de 65 años a los que se le administró una terapia contra la forma latente de la afección tuvieron mayor riesgo de ser hospitalizados por problemas hepáticos, según un estudio. Expertos sugieren evaluar los riesgos y beneficios antes de recetarla a pacientes de esa edad.

Sugieren evaluar los riesgos y los beneficios antes de administrar quimioprofilaxis a ancianos

Los adultos mayores en tratamiento por las formas inactivas de tuberculosis pueden estar en un mayor riesgo para sufrir daño hepático por los medicamentos, tal como lo sugiere un estudio publicado en la revista The Canadian Medical Association Journal. Los investigadores hallaron que los pacientes que superan los 65 años tratados para la enfermedad en su versión latente – terapia que en este caso se denomina quimioprofilaxis – durante un período de seis años, tuvieron una mayor probabilidad de ser hospitalizados por deterioro en el hígado.

 

En forma global, el 2.6% de los ancianos tratados fueron hospitalizados, en comparación con un 0.2% de los pacientes de la misma edad que no recibieron quimioprofilaxis , señalaron los autores. Los hallazgos sugieren que los médicos deben ponderar cuidadosamente los pros y contras del tratamiento de la TB latente en las personas mayores de 65 años, manifiestan los investigadores.

 

Se estima que una tercera parte de la población mundial tiene una forma inactiva de la enfermedad, siendo más común en lugares como Rusia, India, China, África subsahariana y partes de Sudamérica. En algunos casos, la TB latente puede tornarse activa.  Son pacientes de riesgo las personas con un sistema inmune debilitado – por ejemplo, los infectados con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), o los tratados con ciertos medicamentos inmunosupresores utilizados para tratar el cáncer, o las personas con enfermedades autoinmunes, tales como artritis reumatoide y la enfermedad de Crohn.

 

Suele ofrecerse quimioprofilaxis a las personas que presentan un mayor peligro de desarrollar la forma activa de la tuberculosis, lo cual usualmente significa tomar un medicamento llamado isoniazida durante seis a nueve meses. El daño hepático es un efecto colateral conocido de ese remedio. Sin embargo, hasta la fecha, ningún estudio a gran escala ha evaluado qué tan a menudo la quimioprofilaxis contra la TB causa problemas hepáticos serios en la población general.

 

«El propósito principal del estudio fue cuantificar el riesgo», declaró el Dr. Benjamin A. Smith, investigador principal del estudio, quien trabaja en la Universidad McGill en Montreal. De acuerdo con el experto, los hallazgos sugieren que en los adultos mayores deberá ponderarse cuidadosamente el peligro de una reactivación de la infección tuberculosa latente contra el riesgo de sufrir daño hepático a causa de la quimioprofilaxis.

 

«Por definición, las personas con las formas latentes de la TB están en buenas condiciones de salud,» señaló el Dr. Smith. «Por tanto, se trata de estar seguro que los beneficios superen a los riesgos antes de dar el tratamiento», agregó. 

 

Los hallazgos están basados en los registros de salud del estado de Quebec, correspondientes a 7.7 millones de residentes. Entre los años 1998 y 2003, un total de 9.145 personas fueron tratadas con quimioprofilaxis por TB latente. El Dr. Smith y sus colaboradores aparearon estadísticamente a cada uno de estos individuos con los registros de dos personas de la misma edad y sexo que no recibieron dicho tratamiento.

 

De todas los pacientes que recibieron quimioprofilaxis contra la TB, 45 fueron hospitalizados por daño hepático. Del total de los internados,  22 eran mayores de 65 años.

 

No es una sorpresa que los adultos mayores tratados por TB latente estuvieran en una peor condición de salud con respecto al grupo control. Sin embargo, aun cuando los investigadores consideraron la presencia de condiciones médicas tales como el cáncer, la diabetes y las enfermedades renales, los pacientes que recibieron la quimioprofilaxis contra la TB tuvieron una probabilidad seis veces mayor de ser hospitalizados por daño hepático en comparación con los adultos mayores no tratados.

 

De acuerdo con el Dr. Smith, la línea de fondo es que las personas de edad avanzada diagnosticadas con TB latente (en necesidad de recibir quimioprofilaxis) deberán conversar con sus médicos tratantes acerca de los riesgos potenciales de recibir o no recibir dicho tratamiento. Una opción puede ser dar el tratamiento y hacer pruebas de función hepática una vez por mes, para detectar tempranamente cualquier signo de daño.

 

Toda decisión de administrar una terapia debe basarse en la ecuación de riesgo-beneficio. En este caso en particular, en la población de edad avanzada, deben considerarse diversos factores que aumentan el riesgo, tales como una polifarmacia de base por enfermedades subyacentes (disipidemias, osteoartritis, hipertensión etc) y la posibilidad de interacciones medicamentosas con un medicamento hepatotóxico reconocido.

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