Tres de cada 10 prematuros de alto riesgo fallece antes de cumplir un mes

Por Celina Abud.- El dato fue difundido por Unicef en la presentación de la “Semana del Prematuro”. Este año se centrará en que los niños nacidos con menos de 1.500 gramos deberían acceder a programas de seguimiento para evitar secuelas graves o la muerte.

Un niño que fue recién nacido prematuro (RNP), con un peso menor a los 1.500 gramos posee un alto riesgo de fallecer o de sufrir secuelas permanentes, por lo que no sólo el alumbramiento debe ser en una maternidad segura, sino que también el chico tiene que recibir cuidados específicos para registrar su evolución.

Ante este escenario, la Tercera Campaña “Semana del Prematuro”, que realiza Unicef desde 2010, se centra este año en el séptimo de los diez derechos que lanzó en la edición inicial, que detalla que “un niño que fue RNP de alto riesgo debe acceder, luego del alta neonatal, a programas de seguimiento”. Es que el hecho de nacer antes de termino representa también la primera causa de discapacidad severa.

Según especificó Zulma Ortiz, médica especialista en Salud de Unicef, estos programas “deben durar por lo menos hasta los tres años de vida, ya que hasta ese momento se pueden detectar las secuelas de mayor impacto -entre ellas la ceguera, la hipoacusia y la parálisis cerebral- y así poder tratarlas”.

A su vez, la doctora Gabriela Bauer, médica del Hospital Garrahan, indicó que los controles deben seguir, aunque con menos frecuencia, “porque los chicos que nacieron con menos de 1.500 gramos tienen altas chances de desarrollar problemas del aprendizaje, como los trastornos de conducta o del lenguaje”.

Según cifras del Ministerio de Salud de la Nación correspondientes al 2010, 60.494 bebés nacieron antes de término, antes de la semana 37 de gestación. De ese total, 54.000 pesaron menos de 2.500 gramos, para los cuales las tasas de supervivencia tras intervenciones específicas es de más del 90%.

Sin embargo, sólo siete de cada 10 bebés que nacen con menos 1.500 gramos logran superar los primeros 30 días de vida.  De los 7.966 RNP de alto riesgo que nacieron en el país, el 34,3% (2.737 chicos) falleció al mes.

Por otra parte, cuatro de cada 10 de estos chicos que sobreviven sufrirán las consecuencias de discapacidades que, en muchos casos, podrían haberse evitado. Del total de los 5.229 prematuros de alto riesgo que sobrevivieron al año, 1.834 o el 35% desarrollaron algua secuela severa como ceguera, hipoacusia o algún grado de parálisis cerebral.

Cuanto más pronto nace un bebé y cuanto menor sea su peso, mayor es la inmadurez de todos sus órganos y sistemas,, y por ende, mayor es el soporte e intervenciones de alta complejidad que deben garantizarse para disminuir el riesgo de muerte y evitar las complicaciones.

Con el fin de prevenir y atender los problemas de salud vinculados a la prematurez en el largo plazo, los programas de seguimiento deben realizarse con un equipo interdisciplinario que trabaje en la maternidad o en el hospital pediátrico, que además deben estar en constante contacto con profesionales y auxiliares sanitarios de la comunidad donde vive cada niño.

Estos equipos deben estar compuestos por pediatras de cabecera, enfermeros, psicólogos y trabajadores sociales, con acceso facilitado a consultas a profesionales de distintas áreas como neurólogos, especialistas en desarrollo infantil, neumonólogos, fonoaudiólogos y oftalmólogos. Los expertos deben ser capaces de diagnosticar en forma temprana la ocurrencia o no de secuelas en los prematuros, y de confirmarse una complicación,  administrar y luego controlar un tratamiento.

La evidencia científica muestra que si un niño de muy bajo peso nace en un lugar seguro, la probabilidad de tener secueles es menor, y, más aún si ingresa en un programa de seguimiento, hasta podrían ser mitigadas. De hecho, en países de altos ingresos, la evolución de los RPN es muy buena, mientras que en Argentina sólo el 66% de los prematuros que pesan al nacer menos de 1.500 gramos sobreviven.

Al respecto, el doctor Guillermo González Prieto, en representación del Ministerio de Salud de la Nación, afianzó su compromiso de trabajar “para resolver las inequidades entre regiones, ya que hoy el lugar donde nace un niño es determinante en sus chances de sobrevida”.

Bajo el lema de Una promesa renovada, Argentina, como otros gobiernos del mundo,1 se sumó al compromiso con la supervivencia infantil planteado hace diez años en la Asamblea de las Naciones Unidas. Es por eso que la cartera sanitaria acompañó desde sus inicios la Semana del Prematuro,  en la cual en 2010 participaron 72 instituciones médicas de 16 provincias y en esta edición, al menos 186 entidades de todo el país.

Para celebrar los avances logrados, habrá celebraciones. Entre ellos estuvo la fiesta de lanzamiento de la campaña, el domingo 30, a las 14.30 bajo el arco de Tecnópolis, donde más de mil personas, entre prematuros y familiares, armaron «la sonrisa más grande del mundo».

González Prieto afirmó que acompaña “el enfoque positivo de Unicef de celebrar los avances, aunque también desde el Ministerio se buscará trabajar para apoyar a las provincias”. También indicó que se focalizarán también “en las adolescentes, grupo donde se da la mayor incidencia de prematuros”, porque desde los 10 a los 14 años la estructura física las predispone y también, porque la mayoría de los embarazos a esa edad no son deseados. 

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