Cada 26 de septiembre se conmemora Día Internacional de la Sordera, una fecha que pretende despertar conciencia sobre esta discapacidad, que causa aislamiento e incomunicación e impacta al individuo física, psíquica y socialmente.
Se calcula que el 5% de la población mundial padece discapacidad auditiva y que tres de cada mil niños nace con problemas de audición. Según el Censo 2010, en nuestro país estos problemas alcanzan a un millón de personas y dentro de ese total, 100 mil son niños.
La pérdida auditiva puede ser leve, moderada, severa y profunda. Sus orígenes están asociados a la elevada exposición a ruidos y al envejecimiento, pero también reconoce otras causas como la hereditaria, infección o consumo de medicamentos, daños físicos en los oídos y lesiones graves en la cabeza (traumatismo).
En bebés, niños y adolescentes es importante detectar esta problemática para tratarla de modo inmediato, ya que la audición en muchos casos no se recupera. La rehabilitación es fruto de un programa que amerita un enfoque multidisciplinario y el tratamiento puede desembocar en el uso de audífonos o en la colocación de implantes.
Estos son algunos de los síntomas que ameritan consulta:
• Si el desarrollo del lenguaje de su hijo no progresa y se observa un retraso de acuerdo a la edad o el habla parece monótona.
• Si no logra comprender o confunde lo que se le dice.
• Si no se sobresalta ni se despierta con sonidos intensos.
• Si no imita sonidos libremente.
• Si posee dificultad para localizar sonidos (el niño o el bebé no gira la cabeza hacia la persona que le habla, por ejemplo).
• Si cuenta con dificultad para responder cuando se lo llama desde otra habitación.
• Si se aparta de la vida social y busca el juego solitario.
• Si sufre frecuentes infecciones de oídos.
Asimismo, para combatir la hipoacusia, la prevención es fundamental y deberían tenerse en cuenta estos consejos:
• Vacunar a los niños contra las enfermedades propias de la infancia.
• No introducir en los oídos objetos o líquidos que no sean prescriptos por un profesional.
• Consultar al médico en caso de dolor o supuración del oído.
• Escuchar música con auriculares a un volumen prudencial para los oídos
• No exponerse a ruidos altos o utilizar protectores auditivos en caso de no poder evitarlos. Se recomienda una exposición no sea superior a 85 decibeles.
• Efectuarse chequeos audiológicos y visitar al especialista periódicamente.
La mayoría de los niños puede experimentar una pérdida auditiva momentánea por exceso de cerumen o por otitis media, afección que puede ser dolorosa para el pequeño, pero muchas veces no lo es y el descenso de la capacidad auditiva debe dar el alerta.
Puede ser difícil descubrir la hipoacusia en los niños, pero cuanto antes se detecte, mejores serán las posibilidades para que los chicos se comuniquen, aprendan y acepten vivir con ella.
*La licenciada Gina Romano es fonoaudióloga y presidenta de Fundación FANDA.