Una mirada en prevención y grupos de riesgo

Por Celina Abud.- En diálogo con DocSalud.com, la Dra. Zulma Ortiz de UNICEF explica los recaudos que deben tomarse en la comunidad y en los hospitales. También enumera a los más vulnerables en relación a los factores socioeconómicos, biológicos y conductuales.

Desde el punto de vista biológico, las personas con más riesgo de contraer una neumonía son los niños de 0 a 5 años, los adultos mayores de 65 y los pacientes con afecciones que comprometen su sistema inmune. Sin embargo, existen distintas maneras de definir a los más vulnerables, de acuerdo al punto de vista. En diálogo con DocSalud.com, la doctora Zulma Ortiz, especialista en Salud de UNICEF, detalla quienes son los que están más expuestos y qué pueden hacer para prevenirse.

 

“Los factores sociales, económicos, familiares, comunitarios y hasta los estacionales influyen en la incidencia de la neumonía”, explicó Ortiz, quien luego ejemplificó que desde el análisis socioeconómico, “los más vulnerables son los más pobres, ya que viven en condiciones de hacinamiento y carecen de acceso a los servicios”.

 

Por otra parte, según explica la experta, influyen los “determinantes conductuales” que se componen por “todos los hábitos tóxicos de consumo y adicciones”,  entre ellos, la ingesta de tabaco. “Un fumador aumenta sus chances de contraer neumonía, pero también quienes conviven con fumadores son más susceptibles a adquirir la enfermedad”, explicó.

 

En relación a la ingesta de drogas, “el peligro es doble porque no sólo influyen los efectos de la sustancia en sí misma sino el deterioro de la condición biológica y social del adicto, que frecuentemente deriva en desnutrición”, aclaró la especialista.

 

Pero más allá de los puntos de vista y de la población observada, la neumonía “se trata de una patología que es el efecto de múltiples determinantes y que depende del lugar, del momento, de la edad y de las condiciones en que las personas viven”.

 

Complicaciones evitables

 

Según relató Ortiz, las afecciones respiratorias constituyen la principal causa de muerte de los bebés en el primer año de vida en todas las poblaciones del país.  “Que sigan falleciendo chicos implica que hay mucho por hacer”, apuntó, ya que a diferencia de las malformaciones congénitas este tipo de padecimientos “tienen un gran margen de mejora”.

 

Los infectólogos coinciden en que las vacunas son la mejor estrategia de prevención, y que una vez contraída la enfermedad, tiene un muy buen pronóstico ante los esquemas de tratamiento con antibióticos y antivirales. Sin embargo un 8 a 10% se mueren por problemas respiratorios, algo que, en palabras de la representante de UNICEF es “completamente evitable”.

 

Prevención en la comunidad y en hospitales

 

El humo del tabaco es uno de los principales determinantes para contraer una neumonía. Es por eso que la médica recomienda “no fumar en una casa donde haya un bebé” y hasta incluso abandonar el hábito “antes de embarazarse”.

 

Pero si de prevención se trata, no sólo se sugieren prácticas individuales, sino también familiares y comunitarias. En estas tres categorías relacionadas estrechamente entre sí se ubican “en primer lugar no fumar, pero una vez que la persona contrajo la enfermedad, debe toser en dirección al codo y hacia el costado para evitar el contagio. También es fundamental el correcto lavado de manos en todo momento”, enumeró Ortiz.

 

Por otra parte, y depende de cuán patógeno sea el germen, se evaluará la necesidad de usar barbijo. El empleo de este elemento “también se recomienda para la protección de personas con el sistema inmune comprometido, entre ellos pacientes con patologías oncológicas” aclaró la experta. A su vez agregó que en lo que hace a las prácticas familiares, conviene mantener los ambientes ventilados y libres de contaminantes, como por ejemplo el humo del cigarrillo.

 

 

Estas recomendaciones son perfectamente aplicables tanto en verano como en invierno, pero la circulación de gérmenes capaces de provocar neumonía son distintos. “No es lo mismo un virus que una bacteria, ya que tienen distinta resistencia de acuerdo al clima”, explicó Ortiz. Sin embargo, y en especial en invierno, se debe tener especial cuidado en “mantener los ambientes ventilados, libres de contaminación de tóxicos como el carbón, humo o gases  de las estufas”, especificó.

 

Las causas de la neumonía varían según la estación del año. Según enunció la doctora, “dentro de las afecciones agudas bajas el virus sinicial respiratorio, que es el principal patógeno para la bronqueolitis se da fundamentalmente en épocas de otoño-invierno, mientras que la circulación de influenza o neumococo puede extenderse hasta octubre”.

 

Pero además  de los cuidados para la comunidad, son las instituciones de salud las que deben tomar recaudos especiales. Entre ellos “es fundamental que exista la posibilidad de no tener a los pacientes hacinados, con una distancia mínima que depende del servicio, porque no es lo mismo una terapia intensiva que una sala común”, dijo a la par que aclaró que el espacio requerido entre enfermos va “de los 50 a 100 centímetros como mínimo”.

 

Según Ortiz, dentro de los hospitales se debe poner especial énfasis en el lavado de manos y en el cuidado de los pacientes más comprometidos, que son los que corren más riesgo de contraer neumonías intrahospitalarias o nosocomiales, de más difícil recuperación.

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