La vitamina D es indispensable para la salud músculo-esquelética y para la prevención y el tratamiento de la osteoporosis, cuyo día mundial se conmemora cada 20 de octubre. También es fundamental para la salud general, ya que participa en muchas funciones del organismo.
Su deficiencia se asoció al aumento de enfermedades infecciosas, autoinmunes, cardiovasculares, algunos cánceres, a la diabetes, e incluso al aumento de la mortalidad.
La fuente principal de vitamina D en el ser humano es la síntesis que realiza la piel por la exposición a la radiación ultravioleta del sol, ya que muy pocos alimentos la contienen. Sólo está presente en escasas cantidades, en los pescados grasos como el salmón, el arenque y el atún; en huevos, hongos y en alimentos fortificados como los lácteos enriquecidos con vitamina D.
Por eso las personas tienen mayor riesgo de deficiencia de esta vitamina cuando hay poca o nula exposición a la radiación ultravioleta. Con la edad, además, disminuye la capacidad de síntesis en piel de Vitamina D a 1/3 de lo que sintetiza un joven.
En diferentes estudios realizados en Argentina en adultos mayores de 65 años detectó una alta incidencia de deficiencia de esta vitamina. Esta falta aumenta significativamente en el invierno, y llega a valores de entre 52 y 94%, mientras que en el verano los números oscilan entre el 35 y el 40%.
La deficiencia de vitamina D, con sus consecuencias nocivas para la salud, llevó a reconocer la importancia de poseer niveles adecuados que se valoran por su medición en sangre y que pueden ser alcanzados con suplementación. De esta manera, se disminuye el riesgo de osteoporosis, fracturas y caídas, mejora la función y fuerza muscular y también la respuesta a otros tratamientos para la enfermedad ósea
Particularmente en una evaluación realizada durante la “Semana de la Osteoporosis, el Calcio y la Vitamina D” efectuada en el Hospital de Clínicas José de San Martín, se observó que a fines del invierno y durante la primavera, los mayores de 50 años que no recibían suplementación con Vitamina D alcanzaban un 48% de niveles de deficiencia.
Los estudios en pacientes con fractura de cadera documentaron incidencias de entre 80 y 90% de deficiencia de esta vitamina. Es importante recordar que la fractura de cadera es la más severa por su alta mortalidad y por causar discapacidad, pérdida de calidad de vida e independencia y aumentar el riesgo de nuevas fracturas.
*Por la Dra. Beatriz Oliveri, Investigadora Independiente del CONICET y Jefa del Laboratorio de Enfermedades Metabólicas Óseas del Hospital de Clínicas.