Ser el más popular de la escuela secundaria, a pesar de lo que muchos pensaban hasta ahora, no garantiza la felicidad a largo plazo, de acuerdo a un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Virginia.
El trabajo científico, publicado en la revista Child Development, sostiene en cambio que lo más importante para la salud mental son las amistades que los adolescentes mantuvieron a lo largo del tiempo.
«Los jóvenes con mayores niveles de apego a sus mejores amigos parecen tener mejor salud psicológica, ajuste psicosocial e incluso una respuesta de estrés más adaptable durante la adolescencia», dijeron los autores del estudio.
«En general, los adolescentes con amistades íntimas de alta calidad tienen tasas más altas de felicidad general que los que no las tienen», continuó el trabajo, que fue realizado a partir de un grupo de estudiantes de una misma escuela.
El trabajo, que demandó al menos una década, evaluó la correlación entre las amistades entre los adolescentes y la salud mental a largo plazo.
Los investigadores de la Universidad de Virginia comenzaron a seguir los casos de 169 estudiantes de secundaria de diversos orígenes raciales y económicos, desde la edad de 15 años en adelante, durante un período de 10 años.
En ese tiempo, se les realizaron preguntas y entrevistas a los estudiantes, para evaluar sus sentimientos acerca de su propia ansiedad, aceptación social, autoestima y síntomasde depresión.
Por ejemplo, a los adolescentes se les pidió identificar a su mejor amigo, que también fue entrevistado para evaluar así la fuerza de esa amistad.
Para evaluar el nivel de popularidad, los investigadores pidieron a los compañeros de clase que hicieran un listado con los 10 compañeros a los que consideraban superiores y a otros 10 considerados inferiores con quienes querrían pasar tiempo libre.
Como resultado, a aquellos adolescentes que ponen énfasis en «ganar o mantener su preferencia de afiliación de compañeros en lugar de centrarse en la formación de amistades más fuertes» no les fue bien a largo plazo.
Según los autores del estudio, estos jóvenes parecen haber estado más centrados en el estatus y las recompensas que obtienen por relaciones a corto plazo, que no tienen los mismos «beneficios emocionales positivos» a largo plazo como los que permite una amistad recíproca y positiva.