Imaginar en equipo

Dos grandes hombres que cambiaron para siempre la historia son el ejemplo de lo que podemos ser capaces de hacer si valoramos la imaginación y aprendemos a realizar tareas con otros. Así podemos dar lugar a lo mejor de cada uno.

¿Podemos imaginar sin tener miedo, e impulsar nuestros sueños para crear cosas nuevas? ¿Podemos llevar a cabo esas ideas trabajando en equipo, actuando sinérgicamente, rescatando las fortalezas y debilidades de cada uno? Dos personalidades que marcaron el siglo XX, Albert Einstein y Henry Ford, dieron cuenta de que todo esto es posible, y de cómo podemos combinar ambas ideas para alcanzar logros, generar proyectos y enaltecer la importancia de nuestra tarea y la de otros.

Albert Einstein fue un científico genial que planteó una nueva geometría del universo. Pero no sólo eso: en su tarea cotidiana, este alemán que fue perseguido por los nazis y debió abandonar su país debido a su condición judía, impulsó una forma de pensamiento aplicable en todos los órdenes de la vida. “La imaginación es más importante que el conocimiento”, sentenció. Imaginar es una cualidad que todos debemos desarrollar, y que no tiene límites. Nos permite ver cosas nuevas, crear sin ataduras, dejar volar nuestros sueños.

Henry Ford, que era hijo de granjeros norteamericanos, fue un hombre que dejó que su imaginación volara. Creó la Ford Motor Company en 1903, junto a otros inversores, con apenas 28.000 dólares. Con el tiempo, y al servicio de un auto barato y útil (el Ford T), logró mejorar la producción y la hizo masiva, creando lo que hoy se conoce como cadena de montaje. ¿Cómo lo logró? La respuesta es simple: en equipo.

Trabajar en equipo requiere ser proactivo, respondiendo a los estímulos que nos rodean y dejando de lado la pasividad. Es, además, un modo enriquecedor para desarrollar nuestras fortalezas y conocer nuestras debilidades, aprovechando lo mejor de cada uno.

En la tarea conjunta, la sinergia de la que habló Ford es fundamental: los valores de cada uno deben sumarse, igual que la imaginación a la que se refirió Einstein. Esa suma siempre irá más allá de los efectos individuales: caminar, pensar e imaginar juntos permite que surjan cosas nuevas y potencia los resultados. ¡Trabajemos en esa dirección!

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