Un sobreviviente de un accidente grave de motocicleta fue sometido a una cirugía facial pionera en Gales que utilizó por primera vez una serie de imágenes impresas en 3D para ayudar a reconstruir su rostro.
Stephen Power, un joven de 29 años oriundo de Cardiff, se convirtió en el primer paciente del mundo en someterse a dicha intervención, que fue realizada en el Hospital Morrison de Swansea, Gales.
Los médicos y cirujanos que participaron de la operación debieron quebrar los pómulos de Power antes de poder reconstruir su rostro.
El Reino Unido se convirtió en uno de los pioneros mundiales a la hora de utilizar tecnología con impresión 3D en cirugías, con avances de gran importancia realizados en Londres y Newcastle.
Aunque implantes impresos habían sido empleados previamente para ayudar a corregir condiciones congénitas, esta operación utilizó modelos impresos, guías, planchas e implantes para reparar heridas faciales meses después de haber ocurrido el accidente.
A pesar de llevar el casco puesto, Power había sufrido múltiples heridas en el grave accidente de 2012, que lo obligaron a permanecer en el hospital por cuatro meses.
«Me quebré los dos pómulos, la mandíbula superior, la nariz y me fracturé el cráneo», afirmó el hombre para luego agregar que no se acordaba del accidente. “Recuerdo cinco minutos antes y luego despertarme en el hospital algunos meses después», agregó.
Para poder lograr la simetría de su rostro, el equipo quirúrgico de Gales utilizó escáneres de tomografía computada para crear e imprimir un modelo simétrico en tres dimensiones del cráneo de Power, seguido por guías para cortar y planchas impresas.
El doctor Adrian Sugar, experto en cirugías maxilofaciales, dijo que la impresión en 3D dejó fuera las dudas que «suelen ser problemáticas en los trabajos de reconstrucción facial».
«Los resultados son incomparables, están totalmente en otra liga de todo lo hecho hasta ahora», subrayó el especialista.
«Esta tecnología nos permite ser mucho más precisos. Hacer cirugía conjeturando ya no es suficientemente bueno», agregó.
El procedimiento quirúrgico, en el caso de Power. llevó ocho horas, e incluyó un implante de titanio realizado en Bélgica, que sirvió para unir los huesos y acomodarlos en la posición buscada.
El galés sostuvo que la cirugía facial transformó su vida e hizo que su nuevo rostro sea lo más parecido posible al que tenía previo al accidente.
«Me cambió la vida. Pude ver la diferencia inmediatamente el día que me desperté después de la cirugía», dijo Power.
El proyecto fue logrado gracias a la labor del Centro de Tecnologías Reconstructivas Aplicadas en Cirugía (CARTIS), una colaboración entre los científicos de Swansea y de la Cardiff Metropolitan University.
Por su parte, el ingeniero de diseño Sean Peel, que participó del proyecto, dijo que los nuevos avances serán utilizados con mayor frecuencia en el Servicio Nacional de Salud pública de Gran Bretaña.
La cirugía realizada a Power forma parte de una exposición en el Museo de Ciencias de Londres, titulado «3D Printing: The Future».