Afrontar la emoción de un partido del Mundial con una picada de fiambres y quesos puede aportar como mínimo medio kilo más, algo que se puede evitar comiendo antes o después del partido u organizando las porciones, informaron fuentes médicas.
«Se puede llegar muy fácilmente a consumir 3.500 calorías de más, lo que equivale como mínimo a aumentar medio kilo por partido y picada», afirmó el médico Ricardo Olmedo, especialista en obesidad, quien aseguró que es posible disfrutar del Mundial, sin llegar a ese riesgo.
Una picada consta de snaks, fiambres, papas fritas, maní, quesos duros, bebidas azucaradas y cerveza.
«Sólo por dar una ejemplo, 4 rodajas de salame aportan 276 calorías, 100 gramos de papas fritas 520 calorías, 100 gramos de maní 510 calorías, 100 gramos de nueces 660, una lata de cerveza 120, y una de gaseosa azucarada 136», precisó el médico.
«La clave es `anticiparnos` y organizar los alimentos y las porciones para dedicarnos a ellos sin las distracciones de un elemento externo y altamente emotivo como es un partido del mundial de futbol», recomendó el especialista.
Según Olmedo, «lo que hay que evitar es juntar la comida con el partido, porque las emociones que genera el fútbol atrapan todos nuestros sentidos».
Por ese motivo, «cuando la atención está puesta en el partido, nuestros receptores, que son los que nos indican cuándo empezar a comer, cuándo esperar entre bocado y bocado, y cuándo decir basta quedan anulados», insistió.
Teniendo en cuenta los partidos del Mundial 2014, que son parte de la agenda de la mayor parte de los argentinos, los especialistas recomiendan comer antes o después del juego, nunca durante y elegir mejor los alimentos.
Entre los recomendados sugirieron sándwiches de pan árabe de jamón, tomate y lechuga, o de peceto o pollo y tomate; rollos de quesos light o quesos untables, picles, gaseosas light, grisines integrales, yogures descremados y variedades de frutas.