Inhibir los estrógenos puede evitar la quimio en algunos cánceres de mama

Novedosa investigación para evitar la quimio en el tratamiento del cáncer de mama hormonal (Foto: Pixabay)
Novedosa investigación para evitar la quimio en el tratamiento del cáncer de mama hormonal (Foto: Pixabay)

El cáncer de mama es uno de los tumores más frecuentes en las mujeres. Mediante un estudio que acaban de publicar investigadores del Hospital Clínic y del IDIBAPS han podido demostrar el efecto de castración ovárica que la quimioterapia produce en el grupo de enfermas pre-menopáusicas que padecen un tumor hormonosensible con un riesgo de metástasis bajo o intermedio. Gracias a esta demostración, estas pacientes podrán evitar la quimio, y es que existen fármacos que consiguen el mismo beneficio sin apenas efectos secundarios.

Tipos de cáncer de mama

El cáncer de mama es uno de los tumores más frecuentes entre las mujeres de todo el mundo (también afecta a un porcentaje reducido de hombres). Se estima que una de cada ocho sufrirá uno. De cánceres de mama hay de diferentes tipos. El más frecuente es el que se denomina hormonosensible, que supone un 70% de los casos. En estos cánceres, las células tumorales tienen receptores para hormonas como la progesterona o los estrógenos que favorecen el crecimiento tumoral.

En pacientes con este tipo de cáncer de mama y que tienen alto riesgo de desarrollar metástasis, se ha visto que la quimioterapia es beneficiosa por sus efectos directos anti-tumorales, eliminando células cancerígenas. En cambio, en pacientes con riesgo bajo o intermedio, se han observado efectos diferentes según si las mujeres son pre-menopáusicas o post-menopáusicas. En las primeras la quimio es beneficiosa; en las segundas, no.

Hasta ahora se desconocía el porqué de estas diferencias y los mecanismos biológicos que había detrás. Ahora, un estudio, encabezado por Núria Chic, Francesco Schettini y Aleix Prat, del grupo de investigación del IDIBAPS Genómica traslacional y terapias dirigidas en tumores sólidos, ha encontrado la explicación.

Los científicos no entendíamos por qué un tumor de bajo riesgo respondía a la quimio tan bien», comenta Aleix Prat, Jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínic e investigador del IDIBAPS. “Que un tumor hormonosensible con alto riesgo de metástasis en una mujer joven responda a la quimio, porque es muy agresivo y prolifera muy rápido, tiene todo el sentido, también lo vemos en las mujeres menopáusicas. Lo que no cuadraba en el seno de la comunidad científica era por qué un tumor de bajo riesgo, que no se divide tan rápido, también respondía muy bien a la quimio”, reflexiona.

La hipótesis que predominaba entre la comunidad científica era que, en este grupo de mujeres (no en las menopáusicas con bajo riesgo, a las que no se les administra quimio porque está demostrado que no les funciona), la quimioterapia funcionaba quizás por el efecto de castración que produce (las pacientes pierden la menstruación durante el tratamiento y a veces incluso se quedan menopáusicas de manera irreversible), cortando el flujo de estrógenos procedentes del ovario al tumor y anulando su fuente de alimentación. Ahora los investigadores del Clínic y del IDIBAPS lo han demostrado.

Para llegar a esta conclusión, han analizado 846 muestras de mujeres con cáncer de mama hormonosensible que han recibido tratamiento con quimioterapia o tratamiento hormonal y han estudiado los datos genómicos antes y durante la terapia para identificar si la quimio inducía un efecto anti-estrogénico. «De forma sorprendente, vimos que sólo en mujeres pre-menopáusicas se daba el efecto anti-estrogénico anti-tumoral de la quimioterapia», arguye Prat.

Del 100% de tumores hormonosensibles, un 40% afecta a mujeres pre-menopáusicas, y del total de éstas, un 70% de los casos son de riesgo bajo o intermedio.

La importancia de este hallazgo

Lo fundamental de las conclusiones de este estudio es que se podrá evitar la quimioterapia a este grupo de pacientes. Y todo ello porque existen fármacos, vía inyección subcutánea o intramuscular, que consiguen el mismo efecto de castración (además, reversible) y que no dan tantos efectos secundarios.

“La quimio puede llegarte a castrar definitivamente. En cambio, las inyecciones son reversibles: a la que las paras, los ovarios se vuelven a reactivar. Además, no dan tanta toxicidad si se compara con la quimioterapia, se toleran mucho mejor”, subraya Prat.

Ensayo clínico a gran escala

Gracias a este estudio, publicado en la revista EBioMedicine, del grupo editorial Lancet, ahora arrancará un gran ensayo clínico internacional que intentará responder a la pregunta de si en mujeres jóvenes con un riesgo intermedio de metástasis (algo más alto que el bajo) este planteamiento puede funcionar.

“En este ensayo, a un 50% le daremos la quimio y a la otra mitad no, pero todas recibirán la inyección del fármaco. Queremos ver si quedando inutilizados los ovarios gracias a estas inyecciones dirigidas, la quimio aporta algo más. Si nuestra teoría es cierta, la quimio no aportará ningún otro beneficio”.

Prat puntualiza que “en algunas pacientes jóvenes con tumores pequeños de buen pronóstico”, a las que los médicos son muy reacios a administrar quimio por sus efectos perniciosos, ya han empezado a administrarles estas inyecciones para evitarles la quimioterapia, además de seguir con su tratamiento hormonal.

“Este estudio internacional que arrancará va dirigido más a las mujeres que sí o sí les estamos dando quimio porque su riesgo es intermedio”, agrega el jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínic, que cree que su hallazgo “ayudará a cambiar la práctica clínica diaria”.

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