En las últimas décadas, los mecanismos del dolor fueron divididos en dolor nociceptivo o dolor neuropático. En el año 2017 la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) incluyó un tercer mecanismo, el «tercer dolor», el dolor nociplástico, que se expresa muy frecuentemente en la consulta y que impacta en gran medida la calidad de vida de los pacientes.
El dolor nociceptivo, es el más conocido y es provocado por un daño o amenaza de lesión a los tejidos no neurales, como son la mayoría de los dolores de origen traumatológico o de los distintos órganos. Si hacemos una analogía entre nuestro cuerpo y el sistema de alarma de una casa, podríamos decir que en el dolor nociceptivo, esta alarma funcionaría normalmente alertándonos sobre un daño físico y protegiéndonos. Por ejemplo, ante una fractura de un hueso, el dolor impedirá que nos movamos y compliquemos el cuadro.
En cambio el dolor neuropático, definido como el dolor provocado por una lesión o enfermedad que afecta al sistema somatosensorial generado por un daño en el Sistema Nervioso, que se correlacionaría en nuestro ejemplo de la casa, con una alteración en los circuitos de la alarma. El paciente percibiría una sensación dolorosa en un territorio muchas veces distante del sitio del daño original. En este tipo de dolor, por ejemplo, la afectación de una raíz nerviosa en la cintura, como una lumbalgia, produciría un dolor (neuropático) en el territorio del nervio ciático, distante de las raíces donde nace el mismo, comprimidas en la columna lumbar por una hernia de disco o artrosis.
La gran novedad aceptada internacionalmente en 2017 propone un tercer dolor, el dolor nociplástico es definido como el dolor que surge de una percepción alterada del dolor a pesar de no haber ningún daño que lo justifique en los tejidos neurales y no neurales. Esta percepción alterada implica que el cerebro procesa la información dolorosa en forma amplificada que ha sido comprobada en estudios de investigación en pacientes con este tipo de dolor, y es como si la alarma estuviera descalibrada y un estímulo menor la pudiera activar.
¿Cómo se manifiesta este dolor nociplástico?
Algunos investigadores como Yunus consideran que muchos síndromes denominados síndromes por Sensibilización Central (SSC), como la fibromialgia, el tan frecuente síndrome del intestino irritable, la cistitis intersticial y el síndrome de la boca quemante entre otros, son causados por este mecanismo. En estos cuadros los estímulos leves, como una caricia o a veces estímulos sensoriales como olores o ruidos, o pequeñas dosis de distintos medicamentos pueden generar gran disconfort o dolor, evidenciándose una percepción «descalibrada» ante diferentes estímulos, característica de estos cuadros.
Por lo general estos síndromes se presentan asociados entre sí, y acompañados de insomnio, ansiedad y depresión, lo que llevó a que durante muchos años estos dolores crónicos, se consideraran de origen psicológico o psiquiátrico.
Ante un cuadro de dolor crónico impreciso, generalizado asociado a ansiedad, insomnio y depresión, y en el cual se ha excluido por completo la lesión neurológica o del resto de los órganos, es conveniente considerar la posibilidad de un dolor nociplástico.
*El profesor y doctor Roberto Rey es médico neurólogo, Director del Instituto Argentino de Investigación Neurológica (IADIN), Jefe de Neurología del Sanatorio Finochietto y profesor de la Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires.