El accidente cerebrovascular hemorrágico que sufrió el famoso diseñador de moda Laurencio Adot este lunes amerita volver a hablar de este cuadro, en el que se debe actuar rápidamente, porque “el tiempo perdido es cerebro perdido”.
El ataque cerebral, también llamado accidente cerebrovascular o ACV, es la segunda causa de muerte y la primera de discapacidad en adultos. Sin embargo, el reconocimiento temprano de los síntomas y la búsqueda inmediata de atención médica pueden reducir considerablemente las posibilidades de fallecimiento y daños irreversibles.
Existen dos tipos de ataques cerebrales. El más común, denominado isquémico, se produce cuando un coágulo bloquea un vaso sanguíneo en el cerebro. Mientras que el ataque cerebral hemorrágico (el que presentó el diseñador) es causado por la ruptura de un vaso sanguíneo hacia adentro del cerebro. En ambos casos, las neuronas se debilitan o mueren en cuestión de minutos, ya que las células nerviosas no pueden funcionar sin oxígeno.
Los principales factores de riesgo son: hipertensión arterial (presente en casi el 80% de los pacientes que sufren un ataque cerebral en la Argentina), diabetes (el 22% de los pacientes que sufren un ataque cerebral son diabéticos), tabaquismo (aumenta el riesgo entre un 50% y un 70%, siendo mayor el impacto en las mujeres), colesterol alto y alcoholismo. En este sentido, realizar estrictos controles de la presión arterial, diabetes y enfermedades del corazón, abandonar el cigarrillo y hacer dieta y ejercicio físico bajo supervisión médica son fundamentales para prevenir el ataque cerebral.
Con relación a su detección, la doctora Valeria El Haj, Directora Médica de vittal, explica cuáles son los síntomas de alerta:
• Entumecimiento o debilidad repentinos en el rostro, brazos o piernas, especialmente de un lado del cuerpo.
• Confusión súbita, dificultad para hablar o entender.
• Problemas repentinos para ver con uno o ambos ojos.
• Dificultad repentina para caminar, mareos, pérdida de equilibrio o coordinación de los movimientos.
• Dolor de cabeza súbito y severo sin causa conocida.
En caso de identificar alguna de estas señales, hay que acostar a la persona para que no se caiga, teniendo la precaución que sea sobre uno de sus lados; llamar rápidamente al servicio de emergencias, no administrar ninguna medicación y recordar la hora de inicio de síntomas para informársela a los profesionales.
“Cuanto antes se haga el diagnóstico, más posibilidades de tratamiento y recuperación tendrá el paciente. Además, el descubrimiento adecuado de los motivos del ataque cerebral es fundamental para prevenir un segundo evento, que tiene probabilidad relativamente alta en estos casos”, detalló El Haj.
Por último, el tratamiento varía según el tipo de ataque cerebral, edad, estado de salud y el tiempo transcurrido. El más común son los anticoagulantes y antiplaquetarios y su efectividad depende de que sean aplicados dentro de las tres primeras horas de presentados los síntomas, tratando de disolver el coágulo o controlando la hemorragia. Luego, se requiere rehabilitación para ayudar a las personas a superar las secuelas causadas por el derrame.