Este virus ha tenido más de un año para circular por todo el mundo e infectar a alrededor de 185 millones de personas. Hemos conocido diferentes variantes o mutaciones desde la cepa original detectada en Wuhan. Estas variantes o mutaciones se deben a pequeñas modificaciones en la estructura de la proteína S (Spike) o de pico. En la medida en que el virus encuentra huéspedes vulnerables muta o cambia y de esa manera evade la respuesta inmunológica.
En nuestro país, durante los primeros meses del 2021 entramos en la “segunda ola” provocada por la llegada de la cepa Alfa B.1.1.7, según la denominación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) surgida en el Reino Unido, y la cepa Gamma P1, P1.1, P1.1.2 nacida en Manaos, Brasil, con un resurgimiento brusco de la cantidad de casos y un aumento de la mortalidad.
Algo aprendimos desde el inicio de esta pandemia y es que América Latina funciona como un espejo de lo que sucede en Europa y en los Estados Unidos. Por eso las autoridades sanitarias locales trabajan fuertemente para acelerar la inmunización completa contra Covid-19, ante una eventual “tercera ola” vinculada a la nueva variante conocida como Delta.
India fue el primer país en identificar esta variante Delta llamada B.1.617.2 en diciembre 2020. Contiene una nueva mutación en la proteína de pico que usa el coronavirus para ingresar a las células humanas, llamada K417N, haciéndola altamente transmisible, lo que explica que se haya extendido a 96 países a una velocidad inusitada.
Hoy por hoy es la cepa dominante con el 96% de los casos de Covid-19 en el Reino Unido. En Estados Unidos de acuerdo a la información brindada por Centers for Disease Control and of Prevention (CDC) alcanzó el 20%. Delta es un 55% más transmisible que la variante Alpha (Reino Unido), que a su vez era un 50% más transmisible que el virus original (Wuhan).
Según la OMS, tres características la definen como una variante de Preocupación: la mayor transmisibilidad, la preferencia hacia los receptores de las células pulmonares y cierta habilidad para eludir a los anticuerpos generados por la vacunación lo que termina afectando la eficacia de las vacunas.
De acuerdo a los investigadores aquellas personas con el esquema completo están protegidas en más del 80%. Este porcentaje desciende en forma dramática a un 30% en los que solo recibieron una dosis y los más vulnerables de todos son las personas aun no vacunadas (niños, adolescentes y adultos jóvenes).
En el Reino Unido el 14% de la población recibió una dosis de la vacuna Covid-19 y el 54.7% está completamente vacunado. En cambio en India solo el 6.7% de la población está completamente inmunizada y el 18% recibió una dosis. En Israel donde el 61% de la población está completamente vacunada, debido a un aumento en las infecciones provocadas por Delta debió tomar algunas medidas restrictivas y evalúan sumar una tercera dosis.
En Argentina el 14% recibió dos dosis y el 40% solo una, hasta el momento.
Cuáles son los principales síntomas
Con respecto a las manifestaciones clínicas, según Tim Spector, profesor de epidemiología genética en el King’s College de Londres y director del estudio de síntomas de Zoe Covid, el síntoma número uno es dolor de cabeza, seguido de dolor de garganta, secreción nasal y fiebre. La pérdida de olfato y la tos tan frecuentes en las anteriores variantes no lo son tanto en esta.
La propagación de esta versión se vió favorecida por la mayor movilidad social; el relajamiento de las medidas sociales; la falta de vacunas junto a la distribución inequitativa y desigual de las mismas; el descreimiento y los movimientos antivacunas.
Insistir en el cumplimiento de las estrategias de prevención resulta clave para detener el avance de Delta y de las que puedan surgir en el futuro. Respetar las medidas sanitarias (como el distanciamiento social, el uso de máscaras, la ventilación de ambientes, el lavado de manos) y la vacunación masiva constituyen las mejores armas para alcanzar ese objetivo.
