Una de cada diez embarazadas que contrajeron el zika tuvo un bebé con defectos congénitos, según un estudio de investigadores estadounidenses que ofrece la imagen más clara hasta el momento del riesgo de tener el virus durante la gestación.
El reporte de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) es el primero en analizar un grupo de mujeres estadounidense con resultados confirmados de infecciones de zika durante el embarazo, consigna un despacho de la agencia Reuters.
Considerada previamente como una enfermedad leve, un extenso brote que comenzó en Brasil en el 2015 y se extendió con rapidez por el continente reveló que el virus transmitido por mosquitos puede causar severos daños neurológicos y microcefalia en el feto.
El zika «continúa siendo una amenaza» para las embarazadas en Estados Unidos», afirmó en un comunicado la doctora Anne Schuchat, directora adjunta de los CDC, y advirtió que «con el tiempo templado y una nueva temporada de mosquitos aproximándose, la prevención es clave para proteger la salud de madres y bebés».
Los investigadores analizaron datos de casi 1.000 embarazos a término en 2016 entre mujeres que tuvieron alguna evidencia de la infección de zika, de las cuales la mayoría se infectó al viajar a una región donde el virus se estaba extendiendo.
De los 1.000 casos, 51 (el 5%) tuvieron bebés o un feto con una o más malformaciones relacionadas con el zika. Debido a las limitaciones de los análisis, solo exámenes hechos durante las primeras semanas de la infección pueden buscar específicamente el virus.
El equipo también analizó 250 mujeres con resultados definitivos de zika: una de cada diez tuvo un feto o bebé con malformaciones, riesgo que aumenta al 15% si la infección se da en el primer trimestre el embarazo.
El estudio también mostró que a tres de cuatro bebés (75%) expuestos al Zika no se le hicieron tomografías después del nacimiento para diagnosticar defectos congénitos