Las mujeres que hayan sufrido un aborto espontáneo no tienen necesariamente que esperar un plazo de tiempo para intentar volver a concebir, asegura un estudio británico que contradice las actuales recomendaciones médicas. Realizado por expertos de la universidad escocesa de Aberdeen y publicado por el British Medical Journal (BMJ), el trabajo demuestra que que quienes quedan embarazadas en el primer semestre tras perder un bebé de manera natural tienen más probabilidades de tener un embarazo normal y sin complicaciones que las que lo dejan para más tarde.
En la actualidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja esperar seis meses para concebir después de los abortos naturales, mientras el servicio británico de salud, NHS, recomienda reposar tres meses.
Sin embargo, la investigación dirigida por Sohinee Bhattacharya comprobó que esos plazos pueden no estar justificados en todos los casos -podrían existir diferencias entre los países ricos y los pobres- y deberían revisarse.
«Físicamente, no hay ningún impedimento para que las mujeres sanas se queden embarazadas cuanto antes, incluso hay ventajas, como el menor riesgo de otro aborto y la mayor probabilidad de tener un embarazo normal», señala la autora.
Bhattacharya recuerda que quienes hayan perdido un bebé de manera espontánea tienen un mayor riesgo que el resto de perder otro, y también de sufrir complicaciones durante un nuevo embarazo. Por eso, «retrasar la concepción es particularmente problemático en el mundo occidental, porque las mujeres se quedan embarazadas más tarde», afirma.
Así, a partir de los 35 años las mujeres tienen menos probabilidades de concebir, mientras que a partir de los 40 tienen un 30% más de probabilidades de sufrir un aborto natural, que aumenta al 50 por ciento a partir de los 45 años.
Los investigadores dirigidos por Bhattacharya analizaron los datos de 30.000 mujeres que acudieron a hospitales escoceses entre 1981 y el 2000. Todas habían tenido un aborto espontáneo y se habían quedado embarazadas después.
Los expertos constataron que aquellas que concibieron en los seis meses posteriores al aborto tuvieron menos riesgo de sufrir otro, e incluso de tener un embarazo ectópico, en comparación con las que se quedaron embarazadas entre seis y 12 meses después del aborto inicial. Las del primer grupo tuvieron además menos posibilidades de tener un parto por cesárea, dar a luz prematuramente o tener bebés de poco peso (lo que no estaba relacionado con factores socio-económicos, según los autores).
«Nuestra investigación demuestra que no hay necesidad de que las mujeres retrasen la concepción tras un abordo natural», a no ser que haya razones médicas que lo justifiquen, como una infección, o que la interesada no se encuentre psicológicamente preparada, afirman los expertos.