Argentina es el segundo país en Latinoamérica donde más tratamientos estéticos se realizan, según cifras de la International Society of Aesthethic Plastic Surgery (ISAPS). Por año se ejecuta un total de 299 mil procedimientos, de los cuales 166 mil son no invasivos.
El crecimiento de las opciones sin bisturí fue muy amplio en los últimos años gracias a la tendencia mundial de buscar resultados naturales y el deseo de embellecer sin agredir. Pero así como creció esta necesidad, de igual manera creció la oferta e incluso los procedimientos se realizan en peluquerías. En ese sentido, profesionales del rubro recordaron que la estética no invasiva debe ser practicada por médicos para minimizar los riesgos.
“Es alarmante la oferta de estos procedimientos por parte de manos inescrupulosas”, sostuvo el Dr. Edgardo Chouela, destacado profesional del rubro, quien a la vez recordó que “no existe en Argentina una especialidad llamada ‘Medicina Estética’ que se estudie en la Universidad”. Por lo tanto enfatizó en que el ejercicio de esta práctica “es patrimonio del dermatólogo y del cirujano plástico”, de acuerdo al tratamiento elegido.
Por su parte, la Dra. Graciela Ferraro, Presidenta de la Asociación Argentina de Dermatología, sostuvo que se debe “sacar la banalidad de la estética” y dejar de ofrecer promociones en Internet en centros que no son aptos. Ante la profusión de estos lugares, el Dr. Fernando Stengel, Jefe del Servicio de Dermatología del CEMIC, indicó que “la industria no debe reemplazar el ejercicio de la medicina” y que la relación médico-paciente “es sagrada”.
Minimizar los riesgos
“Quienes realizan procedimientos estéticos deben garantizar seriedad en los espacios médicos y capacitarse constantemente para manejar los nuevos equipos”, sostuvo el Dr. Sergio Korzin, experto en cirugía plástica.
Sin embargo, el ingeniero Jorge Svarka, Exjefe de Radiofísica Sanitaria del Ministerio de Salud, sostuvo que estas condiciones básicas se infringen y que “de los mil centros de estética que hay en el país, la gran mayoría no están manejados por profesionales de la salud”. A su vez, indicó que se producen más irregularidades en el interior que en Capital y Gran Buenos Aires.
“La ANMAT puede aprobar la venta de una máquina, pero no habilita a que sea utilizada por cualquiera”, explicó el ingeniero y agregó que la Ley 17.732 enuncia que los equipos láser sólo pueden ser manipulados por médicos con una sola excepción, la del kinesiólogo, quien a la vez debe contar con la prescripción de un profesional.
Para enfatizar en esta premisa, ejemplificaron con distintos procedimientos, como por ejemplo el láser para eliminar manchas en la piel, tanto de tonalidades rojovinosas como café con leche. En ese sentido, la Dra. Velia Lemel, indicó que “el médico debe ser el que reconozca si una mancha es benigna o maligna, ya que puede tratarse de un melanoma que requiere otro tipo de tratamiento”.
En cuanto a la depilación definitiva, Korzin agregó que “no todos los equipos de láser o de luz pulsada con los que se realiza este procedimiento son igual de seguros”, y que “la paciente ideal para realizárselo es aquella de vello muy negro y piel muy blanca, ya que las máquinas actúan por destrucción selectiva por calor”.
En ese sentido, es preciso acercarse a lugares de prestigio, más allá de que sean más caros porque “pueden tener las máquinas más nuevas, capaces de depilar pieles más bronceadas”, y además, si el usuario no es idóneo, puede borrar o dañar por error con ese mismo “algún tatuaje o algún lunar que quiera conservarse”.
Mientras que la radiofrecuencia, utilizada para reafirmar y rejuvenecer la piel del rostro y del cuerpo, “está contraindicada para personas con marcapasos, prótesis y mallas metálicas, además de pacientes con aneurismas”, sostuvo la Dra. Irene Bermejo, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología y la Asociación Argentina de Dermatología.
Cuentas pendientes
“Todavía no existe un consenso entre médicos sobre cuáles son los procedimientos no invasivos”, sostuvo el Dr. Stengel. Pero el tema cobra cierta urgencia con el auge de las opciones sin bisturí. Aún así, el experto recordó que estas guías o pautas profesionales no tienen fuerza de ley, y que incluso, muchas normas no se cumplen si no son reglamentadas.
Por otra parte, la Dra Ferraro, indicó que desde la Asociación Argentina de Dermatología quieren regular la función de las cosmetólogas, ya que muchas de ellas se encargan de tratamientos que son exclusividad del profesional médico, es decir, aquellos que alteran los tejidos, aunque sea de forma módica.
La experta lamentó que exista una laguna desde el Ministerio de Salud en promover medidas para la realización segura de tatuajes y piercings, e incluso el uso de las camas solares. En ese sentido, el Dr. Chouela había presentado una determinación en el Gobierno de la Ciudad para que cada local esté supervisado por un dermatólogo, una medida que “nunca llegó a cumplirse”, concluyó el médico.
