La cifra mundial de nuevas infecciones por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) cayó el año pasado a 2,67 millones, informó el programa de la ONU para la enfermedad (ONUSIDA), desde Berlín.
Los nuevos contagios son poco más de una quinta parte (21%) de los registrados en 1997, añadió el organismo. También la cifra de diagnósticos entre niños cayó a 390.000 casos, frente al pico de 550.000 alcanzado en 2001. Al respecto, ONUSIDA apuntó que casi la mitad de las embarazadas con el virus recibieron la medicación para frenar el contagio madre-hijo.
El programa de la ONU estima que en todo el mundo hay 34 millones de personas que viven con VIH. En 2001, el recuento global era de 28,6 millones. Esta nueva cifra es atribuible a la generalización de los tratamientos que prolongan la vida de los que adquirieron la infección, los que también alientan la esperanza de desterrar la pandemia, según ONUSIDA.
«Nos encontramos en la antesala de un importante hito en la respuesta al sida», afirmó el director ejecutivo de esa entidad de Naciones Unidas, Michel Sidibé. «Hace tan solo unos años, parecía descabellado hablar sobre el fin de la epidemia a corto plazo. Sin embargo, la ciencia, el apoyo político y las respuestas comunitarias están empezando a dar frutos claros y tangibles», agregó.
Según indicó Sibide, las cifras reflejan “una expansión significativa del acceso al tratamiento antirretroviral”. Aunque también denotan “el continuo gran número de nuevas infecciones”.
El 68% de los pacientes con VIH en África subsahariana, una región que reúne apenas un 12% de la población mundial y donde se produjeron el 70% de los contagios recientes.
El país con más casos sigue siendo Sudáfrica, con cerca de 5,6 millones. Sin embargo, en esa región los contagios también sufrieron una fuerte caída, como ocurrió en Etiopía, Nigeria, Zambia o Zimbabwe.
El año pasado, murieron 1,8 millones de personas por la enfermedad. Según ONUSIDA, la intervención médica salvó 700 mil vidas.
Al respecto, el programa de la ONU indicó que “la epidemia de sida aún no terminó, pero el final puede estar cerca si los países invierten de manera inteligente”. Estas acciones podrían impulsar, en los próximos cinco años, al logro de un objetivo ambicioso: “cero infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida”.
En América Latina la evolución de la enfermedad se mantiene estable desde inicios de los años 2000 (0,4% de prevalencia). También se mantiene «obstinadamente estable» en América del Norte (0,6%) y Europa occidental y central (0,2%), «a pesar del acceso universal al tratamiento, de la atención y el apoyo, y de la amplia sensibilización» al tema, señala el trabajo.
El número de nuevas infecciones anuales en Latinoamérica, que registraba un descenso constante desde 1996, «se estabilizó en los primeros años del nuevo milenio y ha permanecido estable desde entonces a 100.000 por año».
El informe destaca la respuesta «completa y temprana» de Brasil ante la epidemia, garantizando «el acceso a los servicios de prevención y tratamiento del VIH para las personas más vulnerables y marginadas».