Las “zonas grises” por humo de tabaco

Por Celina Abud.- Son espacios cerrados donde aún se fuma. Algunos no son alcanzados por la ley como los autos particulares. En otros, como los boliches, la norma no se cumple. Expertos debatieron sobre desafíos pendientes.  

La decisión de establecer por ley ambientes 100% libres de humo de tabaco es considerada por los expertos una medida que protege a la salud de toda la población, no sólo la de los fumadores que reducen el consumo y mantienen períodos más prolongados de abstinencia, sino también la de los no fumadores, al evitar que inhalen los tóxicos del humo de tabaco. Esta afirmación se condice con las estimaciones del Ministerio de Salud de la Nación, que calcula que en el país mueren unas 40 mil personas por año, de las cuales 6 mil son no usuarios de cigarrillos que aspiran el humo de segunda mano.

Más allá de que tanto a nivel nacional como en la ciudad de Buenos Aires existe la normativa de preservar estos espacios y su cumplimiento alcanza un 90%, existen “zonas grises”, es decir lugares para los que todavía no existe una legislación como en el caso de los vehículos particulares o incluso establecimientos donde aún la ley dista de cumplirse del todo, en especial en los boliches. Estos desafíos, que abarcan desde el diseño de nuevos proyectos como el perfeccionamiento de la fiscalización fueron ejes del 3er Taller de Periodismo Científico sobre Prevención y Control del Tabaquismo, organizado por el Proyecto “Buenos Aires, Ciudad Libre de Humo”, que se realizó la semana pasada en la ciudad de Colonia de Sacramento, Uruguay.

Investigaciones con miras a más espacios saludables

Un estudio observacional realizado en la Ciudad para evaluar la prevalencia del cigarrillo dentro de los vehículos, realizado para el Proyecto “Buenos Aires, Ciudad Libre de Humo”, fue el primer paso para en un futuro establecer que los automóviles se conviertan en ambientes 100% libres de humo, siempre y cuando lleven un acompañante.

Es que según explicitó la doctora Marta Angueira, líder del Proyecto  y Jefa del Servicio de Promoción y Protección de la Salud del Hospital Ramos Mejía “fumar dentro de vehículos merece especial atención debido a que se trata de superficies reducidas, donde se pueden alcanzar concentraciones de humo de tabaco ambiental (HAT) muy superiores a las alcanzadas en las casas, o en los lugares de trabajo, lo que es preocupante si se toma en cuenta que estas emanaciones con clasificadas como carcinógeno tipo I por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC)”.

El relevamiento incluyó 4800 observaciones directas de vehículos en las 15 comunas de la Ciudad en abril de 2014, en donde tres grupos de dos investigadores se ubicaron en tres intersecciones esquinas al azar y registraron en planillas los autos detenidos en el semáforo que contaran con por lo menos una persona fumando.  Se halló que en el 4,2% de los vehículos (es decir 213) fumaba por lo menos una persona y el 57% de ese total eran autos particulares.  Los demás se dividieron en taxis (32,5%), comerciales (9,4%) y fuerza de seguridad (1%). Debe tenerse en cuenta que según la legislación porteña no se puede fumar en vehículos para transportar pasajeros ni en espacios de trabajo, motivos por el que se estaría infringiendo la ley vigente. Por otra parte, si bien el sondeo no especificó qué efectivos fumaban en sus vehículos, existen prohibiciones de consumir cigarrillos con el uniforme puesto en el caso de la Policía Metropolitana.

En aquellos autos en los que una sola persona consumía cigarrillos, en el 83,7% de los casos el fumador era el conductor. Y de las personas al volante, la gran mayoría (el 92,4%) era del sexo masculino. Estos datos deben tomarse en cuenta ya que se halló que en el 61% de los vehículos donde se fumaba había otros ocupantes expuestos al humo de tabaco ajeno, tanto adultos como chicos.

Según especificó el licenciado Nicolás Galvagni Pardo, miembro del CIENTA (Centro para la Investigación de Enfermedades No Transmisibles Asociación Civil), “un estudio desarrollado por la escuela de Salud Pública de Harvard demostró que fumar dentro del auto con la ventanilla cerrada puede generar una contaminación del aire con 271 microgramos de partículas respirables por metro cúbico, un nivel tóxico, en particular para niños”.

La contaminación por partículas generadas por fumar en el auto con la ventanilla abierta o semi-abierta fue cinco veces superior a la encontrada en el aire exterior, mientras que la contaminación en el auto por fumar con las ventanillas cerradas fue cien veces mayor, según otro trabajo realizado en Nueva Zelanda y publicado en el New Zeland Medical Journal.

Por su parte, la doctora Angueira especificó que esta cantidad de partículas respirables por metro cúbico “pueden llegar hasta a 2900 con las ventanas cerradas, de acuerdo a la cantidad de gente que fume en los autos, mientras que estos valores descienden a 190 con la ventanilla semi abierta y a 160 con la ventanilla abierta”.

Consultado por DocSalud.com, Galvagni Pardo, quien también es tesorero del ICYTEL (Instituto de Ciencia y Técnica Legislativa), explicó que “aún no existe un texto redactado para una ley, pero tras este estudio muy reciente que esperaba evaluar la prevalencia de fumar en los autos, buscamos seguir trabajando para presentar una iniciativa”.

“El trabajo es muy reciente, por lo que evaluaremos si es necesario hacer más investigaciones. De presentarse un proyecto, buscamos que en los vehículos donde haya más de una persona no se pueda fumar, ya sea adulto o niño, aunque no descartamos algo más abarcativo, porque por más que sólo fume el conductor las partículas en el auto  quedan en el ambiente al menos por 15 días, período en la que se puede transportar a otras personas”, agregó.

Más allá de los daños del humo de segunda mano, en el taller se destacaron diversos estudios internacionales en los que se asoció al consumo del tabaco al volante con mayor cantidad de accidentes de tránsito, a la par que se recordó el caso del cantante de Memphis La Blusera Adrián Otero, quien habría muerto al perder el control del vehículo por una distracción en encender un cigarrillo.

Galvagni Calvo mencionó que en la ciudad de Córdoba “existe una ordenanza  dispuesta por un tema de seguridad vial”, para evitar el consumo de cigarrillos en vehículos a la vez que destacó que “hay un proyecto presentado por el senador Daniel Filmus mandato cumplido en el año 2013 para evitar que se fume  mientras se conduce”. Sin embargo, resaltó que desde el Proyecto  “Buenos Aires, Ciudad Libre de Humo” se apunta a hacer una iniciativa contemplada también desde la salud pública, en relación a la exposición al humo del tabaco.

Es que según explicitó Angueira a DocSalud.com “el nivel de monóxido de carbono  puede llegar a niveles tóxicos dependiendo del número de personas que fumen dentro del vehículo, lo que provoca un abombamiento que puede llevar a accidentes”. Por otra parte, estas emanaciones causan efectos inmediatos como irritación ocular en nariz y garganta y dolor de cabeza, que también pueden generar distracción.

Boliches y espacios semi cerrados, un desafío para la fiscalización

Un relevamiento de CIENTA realizado entre octubre y noviembre de 2013 en las ciudades de Buenos Aires, Mendoza, Córdoba y La Plata determinó que todavía se fuma en 6 de cada 10 bares y boliches que operan de noche. El sondeo, en el que visitó a 61 establecimientos, determinó que en el  29,5% de esos lugares fumaban sólo los clientes y en el 34,4% también los hacían los empleados. Las conclusiones revelan un desafío para la fiscalización.

 “En las noches el control es un tema difícil, no sólo en Buenos Aires sino en toda América Latina”, comentó Galvagni Calvo a este medio, a la par que indicó que “se está trabajando con los inspectores de la Ciudad con capacitaciones para evaluar los desafíos y garantizar el cumplimiento de la normativa”.

Por otra parte, aseguró de que desde la Ciudad “existe la idea de contactar a los propietarios de los boliches para trabajar en forma conjunta y así saber cuáles son las dificultades que ellos encuentran para hacer cumplir la ley”.

Como datos adicionales, el sondeo de CIENTA advirtió que en el 90% de los boliches contaban con algún espacio semi-cerrado (al menos un techo y dos paredes) donde se fumaba, y que en la mitad de los bares (20 sobre 41) había ceniceros disponibles, al igual que en cuatro de los 20 locales bailables.

Galvagni Calvo aclaró que en la Ciudad de Buenos Aires, el Decreto Número 153/012 determinó la definición de espacio cerrado como todo lugar cubierto por un techo y confinado por dos paredes, situación que puede adjudicarse a los toldos y a las terrazas semi cerradas con plásticos que suelen verse también en restaurantes. “En el rubro gastronómico, a pesar de que existen estos lugares, hay un alto acatamiento de la ley, por lo que la noche sigue siendo el mayor desafío”, concluyó. 

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