Los riesgos de ser un fumador pasivo

Quienes inhalan humo ajeno poseen un 40% más de chances de desarrollar cáncer de pulmón y de padecer enfermedades cardiovasculares. En los niños la situación se agrava porque su respiración es más corta.

El tabaquismo es una enfermedad y una adicción. Antes considerado un estilo de vida, hoy sabemos que el cigarrillo representa la principal causa de muerte prevenible en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud, en el año fallecen cinco millones de personas por  el hábito y se espera que para el 2020 la cifra se duplique.

 

Si una persona fuma entre 6 a 10 cigarrillos aumenta un 200% el riesgo de sufrir un infarto y si consume 20 el riesgo se eleva 400%. Igual peligro corren los fumadores pasivos, es decir aquellos que no son usuarios pero que inhalan el humo ajeno. Ellos poseen un 30% a  un 40% más de probabilidades de desarrollar cáncer de pulmón y de enfermedades cardiovasculares.

 

Actualmente se calcula que 7 de cada 10 chicos y adolescentes en Argentina convive diariamente con el humo de segunda mano cuando sus padres son adictos al cigarrillo. Al fumar en la casa y en el automóvil entre otros espacios cerrados, las sustancias tóxicas del tabaco permanecen en el aire, la ropa y las cortinas por una gran cantidad de días, aún cuando los ambientes estén correctamente ventilados. Cuando se trata del humo del tabaco, no hay corriente que sirva.

 

En los niños la situación se agrava porque su respiración es más corta y por lo tanto más frecuente, de manera que aumenta la absorción de sustancias tóxicas. Por otro lado, hay evidencia que el tabaquismo es causa de otitis crónica, provoca mayor incidencia de catarro de vías aéreas superiores e inferiores, agrava el asma y aumenta el ausentismo escolar. También se sabe que incrementa el riesgo de muerte súbita del lactante, que en el 40% de los casos se asocia a papás fumadores.

 

Fumar durante el embarazado causa múltiples efectos adversos en el feto: aumenta el riesgo de parto prematuro, incrementa la mortalidad perinatal y el bebé presenta menor peso al nacer.  Se ha comprobado que también sube el riesgo de anomalías congénitas como paladar hendido y labio leporino y  a su vez se ha asociado a malformaciones cardíacas.

 

Muchos padres no tienen una dimensión concreta de la gravedad que representa el humo del cigarrillo. Reducir la exposición en el hogar es fundamental dado que se trata del lugar de mayor contaminación para los niños. Es imprescindible realizar campañas masivas de educación, de comunicación y de concientización que promuevan el espacio libre de humo para los niños.

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