El brote de fiebre ébola que ya mató a 72 personas en Guinea Conakry, África, llegó a la nación vecina de Liberia con dos casos confirmados y obligó ayer a Senegal a cerrar sus fronteras, según informaciones oficiales
La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que dos diagnósticos fueron confirmados en Liberia, tras el análisis de siete casos sospechosos. Entre ellos, hubo dos fallecimientos, uno provocado por el ébola y el otro con resultado negativo.
En Guinea Conakry, esta fiebre hemorrágica viral mató desde enero a 72 personas y causó un total de 112 casos, según informaciones del presidente del país, Alpha Condé. A pesar de los decesos, el mandatario opinó que las últimas informaciones son “optimistas” de cara a una rápida solución de la epidemia por las ayudas recibidas de la comunidad internacional.
Senegal, otra nación vecina con Guinea Conakry había decidido ayer cerrar sus fronteras con ese país, que sufre el brote desde enero.
“Por motivo de la fiebre hemorrágica ébola, que hace estragos en Guinea, las fronteras de las regiones de Kolda (sur) y de Kedougou (sureste) con este país vecino serán cerradas hasta nuevo aviso», según un comunicado del Gobierno senegalés.
A su vez, se registraron dos casos sospechosos en Sierra Leona, que como Liberia es fronteriza con el brote de ebola en Guinea. En ambos casos, los enfermos murieron.
El ébola, que ha causado numerosas muertes en África en los últimos años y es una amenaza para la salud global, es considerado asimismo como un posible agente de guerra biológica.
El virus se transmite por contacto directo con la sangre y los fluidos y tejidos corporales de las personas o animales infectados.
Los primeros síntomas de la enfermedad son fiebre repentina, una debilidad intensa, dolor muscular, de cabeza y de garganta, seguidos de vómitos, diarreas, erupción cutánea, funciones renal y hepáticas alteradas e intensas hemorragias internas y externas.