Las mamás que fuman durante el embarazo están provocando cambios en sus bebés por nacer que pueden llevarlos a tener menos cantidad del tipo de colesterol que protege de la enfermedad cardíaca, informaron científicos.
En un estudio publicado en European Heart Journal, investigadores australianos hallaron que a los 8 años, los niños nacidos de mamás que habían fumado durante la gestación tenían niveles menores de colesterol HDL, que los hijos de madres que no habían consumido cigarrillos. La cifras eran, respectivamente, de alrededor de 1,3 milimoles por litro (mmol/L) y 1,5 mmol/L.
El colesterol llamado lipoproteína de alta densidad (HDL) suele conocerse como «bueno» y se sabe que juega un rol clave en la protección contra la aterosclerosis, por la cual se acumulan materiales grasos en las paredes de las arterias, estrechándolas y finalmente bloqueándolas, lo que lleva a problemas cardíacos e infartos.
«Nuestros resultados sugieren que el tabaquismo materno ‘imprime’ una serie de características poco saludables en los niños mientras se están desarrollando en el útero, lo que bien podría predisponerlos a futuros ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares (ACV)», dijo David Celermajer, profesor de cardiología de la University of Sydney.
«Esta impresión parece durar al menos ocho años y probablemente mucho más», indicó el experto, quien agregó que el riesgo de enfermedad cardíaca en los hijos de fumadores podría ser entre un 10 y un 15 por ciento mayor.
Ya se sabe que fumar durante y después del embarazo está vinculado con un amplio rango de problemas de salud en los niños, como los trastornos de conducta y los neurocognitivos, además de la muerte súbita infantil.
Con todo, la prevalencia de tabaquismo durante la gestación sigue siendo alta, cercana al 15% en muchos países occidentales, señalaron los investigadores. Y hasta ahora los científicos no tenían en claro cómo la exposición prenatal al cigarrillo afectaba los riesgos cardíacos futuros.
El equipo de Celermajer analizó datos de 405 niños saludables de 8 años, nacidos entre 1997 y 1999 y que habían sido enrolados antes de nacer en un ensayo al azar controlado que estaba investigando el asma y las enfermedades alérgicas.
Los expertos recolectaron datos antes y después del nacimiento de los chicos, incluida información sobre los hábitos tabáquicos maternos antes y después del embarazo, la exposición al humo de segunda mano y datos sobre la altura, el peso, la medida de cintura y la presión sanguínea.
El equipo empleó controles por ultrasonido para medir el grosor de las paredes arteriales y, en 328 niños, tomaron sangre para medir los niveles de lipoproteína.
Aunque no hubo efecto sobre el grosor de las paredes arteriales de los niños, Celermajer y sus colegas hallaron que había efecto sobre los niveles de colesterol HDL.
El autor sugirió que los niveles menores de HDL a esa edad podrían tener un impacto grave en la salud futura, dado que los chicos probablemente continuarían teniendo niveles bajos de esa lipoproteína a medida que crecieran.
«Los niveles de colesterol suelen mantenerse de la niñez a la adultos, y los estudios demostraron que por cada 0,025 mmol/L de aumento en los niveles de HDL, había entre un 2 y un 3% de reducción en el riesgo de enfermedad coronaria», señaló el experto en un comunicado.
«Si extrapolamos esto, podemos sugerir que la diferencia entre los hijos de madres fumadoras frente a los de mamás no fumadoras sería de entre un 10 y un 15 por ciento más de riesgo», finalizó.