Convencer a las personas de usar menos electricidad es más fácil si se utiliza como argumento la salud de los niños en lugar de un eventual ahorro de dinero, señalaron investigadores estadounidenses.
El estudio publicado en los Anales de la Academia Nacional de Ciencias se centró en residentes de 118 apartamentos en Los Ángeles.
Durante cuatro meses, un grupo de la muestra recibió comparaciones de su consumo con un departamento de la zona que mostraba un uso más eficiente del recurso, y cuánto dinero podrían ahorrar apagando las luces y usando menos electricidad.
Otro conjunto recibió un reporte similar, pero también se les advirtió sobre cómo su consumo de electricidad podría contribuir a las emisiones contaminantes y cómo la polución del aire podría causar problemas de salud en los niños, como cáncer y asma.
Por último, un tercer grupo de control no recibió ninguna recomendación
Los departamentos que recibieron las advertencias relacionadas a la salud comenzaron a usar 8% menos de electricidad que el grupo de control. Si había niños en el hogar, los residentes reducían su consumo en 19%, dijo el estudio.
Aquellos que fueron aconsejados a reducir el consumo en aras de economizar dinero, modificaron sus hábitos de forma mínima. Al respecto, los investigadores dijeron que pregonar sobre la economía familiar puede no haber funcionado, en parte porque la electricidad en Estados Unidos es ya bastante barata.
«Para la mayoría de las personas en nuestro campo de estudio, el margen de ahorro por reducir el consumo al nivel del uso más eficiente del vecindario, significaría apenas de 4 a 6 dólares mensuales. Eso equivale a una comida en una cadena de comida chatarra», dijo Omar Asensio, coautor y estudiante del doctorado de ciencias y ingeniería económicas y ambientales de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
Pero los cambios en los hábitos diarios podrían ser significativos a largo plazo porque los edificios residenciales y comerciales equivalen a más de dos tercios del uso de electricidad en Estados Unidos, de acuerdo con el estudio.
«Estamos viendo que tienes que vincular el bien público con el privado», dijo la autora principal, Magali Delmas, una economista ambiental de la escuela de Administración Anderson en la UCLA.
«Nuestro mensaje acerca de salud y medio ambiente le recuerda a la gente que el ambientalismo también se trata de los hijos», dijo.