La pequeña Ophelia Morgan-Dew , de solo 3 años es, a simple vista, una nena normal: le gusta correr y jugar. Pero algo la hace especial y la hace diferente. Tiene un coeficiente intelectual (IQ) de 171, mientras que el promedio para las personas de todas las edades es de 100.
La “niña genia” se convirtió se convirtió en una de las más jóvenes integrantes de Mensa, una asociación internacional de superdotados con sede en Reino Unido.
Sus padres, Nathalie y Ben, que estuvieron en el programa Victoria Derbyshire de la BBC, contaron cómo notaron las habilidades de su hija a una edad muy precoz. «Realmente fue aproximadamente a los 8 meses de edad. Comenzó a decir colores, letras y números bastante temprano en comparación con la mayoría de los niños», explicó la madre. Y cuando tenía dos años, Opehila ya sabía el alfabeto.
Pero recién cuando comenzó la guardería, sus padres notaron cuán avanzada estaba su hija en comparación a los compañeros, por lo tanto la llevaron a un psicólogo infantil especialista en niños superdotados. Fue entonces cuando Ophelia tomó la prueba de Stanford-Binet, que se utiliza para evaluar a chicos de a partir de dos años en áreas como la conciencia espacial y las habilidades verbales y lógicas. Es entonces que Ophelia obtuvo 171 puntos, lo que la hace una de las personas más inteligentes del mundo.
De hecho, se considera “superdotadas” a las personas que llegan a los 140 puntos en un test de inteligencia. Incluso una leyenda urbana asegura que Albert Einstein y Stephen Hawking tenían un IQ de 160,
Lyn Kendall, psicóloga y consultora infantil de Mensa, explicó a la BBC que “aunque los cerebros de estos menores avanzan a la velocidad de la luz, sus cuerpos y emociones siguen siendo niños y siempre se debe recordar eso».