Los efectos de estar solo 15 minutos en la naturaleza

Un paseo de 15 minutos por la naturaleza, asombrarse y disfrutar genera efectos muy positivos en el cerebro.

Beneficios de permanecer tiempo al aire libre (Foto: Pixabay)

La pandemia nos hizo dar cuenta de la importancia de los espacios verdes en nuestras ciudades y en nuestras rutinas. Con el aislamiento social perdimos, en mayor o menor medida, nuestro contacto con la naturaleza. Salir y estar al aire libre se convirtió en una actividad riesgosa, pero es importante recuperar estos momentos, con las precauciones adecuadas.

Los paseos al aire libre generan una emoción positiva, apreciar la naturaleza y la vida a nuestro alrededor. Según el psicólogo Robert Plutchik: esta emoción positivas es un mix de miedo, sorpresa y deleite. Ahora unos científicos la han estudiado, y dicen que tenemos que caminar más en la inmensidad. Lo llaman paseo del asombro.

Virginia Sturm, profesora asociada de Neurología y Psiquiatría en la Universidad de California y una de las autoras del estudio, que acaba de publicarse en Emotion, desarrolla por correo electrónico para la web de El Pais: “El sobrecogimiento es una emoción que da respuesta a las cosas inmensas que no podemos entender inmediatamente”. ¿Y por qué es bueno cultivarlo? “Despierta lo que hemos llamado tu ‘yo pequeño’, que significa verse como algo diminuto ante el vasto mundo que nos rodea. De esta forma, te sientes más conectado. Toda esa importancia que nos damos a nosotros mismos decrece, de modo que nos convertimos en la parte de un todo. Dejamos de mirarnos el ombligo y fijamos la atención en los demás, algo que promueve la humildad, la generosidad y la bondad”, responde.

En su investigación, se crearon dos grupos de paseo, uno de control y otro al que se animó a deambular por un bosque desconocido para ellos. Los segundos se sintieron más sociales y felices, reconociendo sentimientos que los primeros ni rozaron, “como la compasión, la admiración o detenerse más en los detalles de la aventura”. Aunque Sturm y su equipo trabajaron solo con mayores de 60 años, la neuropsicóloga considera que la edad es irrelevante.

No es necesario ir a un bosque o al campo para experimentar esta aventura. Sturm considera que “La naturaleza es un gran medio para experimentarlo, pero el arte, la religión o las acciones colectivas, como los conciertos, también son sitios en los que esto se logra. Incluso en un lugar familiar, examinando los detalles de una planta o un pájaro en un jardín cercano. La clave es aprovecharse de nuestro sentido del asombro infantil y tratar de ver lo que nos rodea con ojos nuevos”. Eso sí, al menos se necesitan 15 minutos de inmersión. Y se puede intentar hacerlo acompañado. “Los participantes de nuestro estudio lo hicieron solos, pero si alguien es capaz de no distraerse por la presencia de los demás, no hay problema en caminar con otros”, aclara Sturm.

 

Quien dice caminar, dice correr, andar en bici, hacer pilates…

Marcos Flórez, director de la web de entrenadores personales a domicilio estarenforma.com, admite que, en cierto modo, fue esperanzador salir a la calle y verla llena de personas durante las jornadas posteriores al último confinamiento. Algunos se movían con más acierto, otros con menos pero todos intentaban disfrutar el ejercicio en su zona verde más cercana.

Los exteriores, sean bosques impresionantes o no, están siendo grandes aliados en la pandemia: un informe reciente del Ministerio de Ciencia recalcaba la necesidad de potenciar la vida al aire libre. “El entreno con máquinas de gimnasio puede ser útil para quienes empiezan con los ejercicios de fuerza, ya que el control sobre el movimiento es mayor. Además, favorece el trabajo de segmentos corporales concretos, muy necesario en el proceso de recuperación de una lesión”, anota Ignacio Hernando Valle, codirector de la empresa de entrenamiento personal Nachos con Fitness.

Los expertos conceden cierto grado de bienestar mental en quienes se ejercitan con frecuencia al aire libre; en muchos casos, con entrenador personal. “Hemos visto crecer algo nuestra demanda”, anuncia Flórez. Entre las actividades que más se prestan al aire libre, es muy común una clase de pilates, por ejemplo, “o cualquier otra que no requiera de gran material y no te dé vergüenza hacer con público”, dice el director de Estarenforma.com. Hernando Valle pide cautela a la hora de desenvolverse en los parques biosaludables (esos con circuitos y aparatos de gimnasia). “En la mayoría de los casos carecen de información para utilizar la máquina correctamente”, advierte. “Otra cosa que vimos tras el confinamiento es cómo aumentaron las lesiones por no saber ejercitar o utilizar las máquinas de forma adecuada”, recuerda el experto.

Las actividades más comunes que se hacen en el exterior, como correr, caminar rápido, patinar o andar en bici, son todo un nuevo canto a la salud, cuando se hacen con cabeza. Y si, además, buscás lugares y espacios entretenidos para llevarlas a cabo, te encontrarás con ese momento de sobrecogimiento que tantos beneficios extra suma. “Los participantes del paseo del asombro informaron mayores niveles de diversión en su posterior vida diaria que los del grupo de control. Pensamos que es algo bueno para la salud mundial, al ayudar a las personas a sentirse más conectadas y menos solas y estresadas”, zanja la investigadora.

 

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