Algunas mascotas, como los perros, tienen ciertas cualidades por las que son considerados indispensables para vivir con salud. Por un lado, cumplen con un rol de acompañante y, por otro, son una fuente inagotable de amor. Sin embargo, solo las que están adiestradas para seguir determinadas consignas establecidas por un experto son las que se emplean en la terapia asistida con animales (TACA), una herramienta más en el tratamiento de niños, adolescentes y adultos con capacidades diferentes.
La TACA incorpora a la mascota como parte del abordaje integral de las patologías neurológicas crónicas, y los profesionales que la ejercen cuentan con experiencia en las aplicaciones clínicas de este método. El equipo está formado por médicos, psicólogos, kinesiólogos, terapeutas ocupacionales y asesores veterinarios.
Los fundamentos del abordaje son varios. La observación de la relación humano-animal ayuda al paciente a consolidar la autoestima, la confianza y la seguridad. Además, promueve una relación más sólida con el especialista. Las diferentes sensaciones táctiles generan tranquilidad y gratificación. Este aspecto es jerarquizado por los médicos como un tratamiento adicional de quienes padecen de hiperactividad o ansiedad.
Perros y caballos, los preferidos
Los animales con los que se trabaja en la TACA reciben un entrenamiento especial. Por su carácter estable y su afinidad por los chicos, perros y caballos son los preferidos, aunque también participan gatos y delfines. Desde el punto de vista fisiológico, el contacto con la mascota provoca estímulos que viajan al sistema nervioso central –específicamente, al sistema límbico– y producen un aumento de las endorfinas y un descenso de las hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina. El incremento de la concentración de estas sustancias en la sangre incide de modo directo en el comportamiento del paciente.
Los equinos son más útiles en las terapias dirigidas a chicos con trastornos motores o patologías donde predomina la espasticidad (rigidez), como parálisis cerebral, autismo o retraso mental, mientras que los animales pequeños sirven para mejorar la socialización. Dentro de estos últimos, los más buscados son los perros, en especial, el labrador, que es la raza favorita. Se los elige para tratar a los niños que presentan autismo o trastornos de la conducta y del aprendizaje. A nivel físico, los canes favorecen el movimiento por medio del juego.
Como parte de las terapias con caballos, a veces se les indica a los pacientes que los alimenten, muevan e higienicen, siempre bajo supervisión profesional. En otras ocasiones, se inicia la rehabilitación haciendo que la persona monte. El movimiento ondulante que genera el andar de este animal, así como su temperatura, tienen un efecto relajante.
Los especialistas en este tipo de terapia opinan que el beneficio se atribuye al amor incondicional del animal. También favorece el juego y el movimiento. Por otro lado, el cuidado de la mascota desvía la atención hacia el mundo externo –aspecto esencial en los chicos autistas o con patologías similares– y promueve la creatividad y la curiosidad. Cada sesión dura 45 minutos y puede ser individual o grupal.
Las opciones en la Argentina
Los orígenes de la TACA en la Argentina se remontan a principios de 1990. Desde ese momento, funciona el programa “Cuidar Cuidando” entre el Hospital Tobar García y el Zoológico de Buenos Aires. Lo integra un grupo interdisciplinario de profesionales, y se destina a chicos, adolescentes y adultos. Otras ciudades del interior del país, como Mar del Plata, incorporaron la equinoterapia. En General Baigorria, la Escuela Provincial N.° 1383 “Nuestra Señora de la Esperanza” incluyó perros y caballos como forma de rehabilitación psicofísica. Asimismo, el Hospital Pedro de Elizalde es el primer hospital latinoamericano que cuenta con una cátedra de zooterapia.
Asimismo, la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires firmó un convenio con la Comunidad Terapéutica Juntos de Temperley, para asistir a niños con diferentes grados de discapacidad. En 2004, debido a la alta demanda social de este tipo de abordaje, la mencionada casa de estudios firmó otros convenios para asistir a niños judicializados. También comenzó a dar el curso “Características y conducción de animales usados en terapia asistida”, tanto en ciudad de Buenos Aires como en el interior del país. Y la Universidad Nacional de La Plata se sumó con el dictado de cursos de especialización interdisciplinaria.
Contar con animales como parte del tratamiento de rehabilitación de personas con alteraciones de la salud psicofísica es, al menos, muy prometedor. Establecer objetivos claros y precisos para mejorar las funciones físicas, cognitivas y emocionales, y facilitar inserción social son algunos de los beneficios que nos proporciona la TACA.
*La autora es médica pediatra del Sanatorio Mitre y de Stamboulian Servicios de Salud.