Las cuarentenas debidas al coronavirus no se vivieron en absoluto en clave romántica, como sí ocurrió con los neoyorquinos durante el gran apagón de 1965, cuando la falta de luz eléctrica llevó meses después a un aumento de los nacimientos.
Quedarse durante semanas encerrados en casa no causó ningún boom de nacimientos, sobre todo en los países más afectados, como Italia y España. Al menos según un estudio del demógrafo austríaco TomasSobotka, de la Academia de Ciencias (OEAW).
En ninguno de los más de 30 países examinados en el mundo las tasas de natalidad aumentaron nueve meses después del estallido de la pandemia y hasta el comienzo de 2021, mientras en algunos casos hubo bajas significativas.
España tuvo un derrumbe del 20%, mientras en Italia la baja fue del 8%, según el último dato disponible, de noviembre de 2020. En ambos países, los nacimientos estaban en baja antes de la pandemia, pero no en semejante medida.
Sobotka y su equipo están desarrollando una base de datos sobre las tendencias en todo el mundo.
Para el estudio, con la participación del Max Planck Institute for Demographic Research de Rostock y el Wittgenstein Center for Demography and Global Human Capital de Vienna, se evaluaron los datos globales de nacimientos, incluyendo 15 países de la Unión Europea, así como Suiza, Estados Unidos, Rusia, Corea del Sur, Taiwán, Noruega y Ucrania.
La investigación revela que en Hungria las tasas de natalidad crecieron hasta unos nueve meses después del comienzo de la pandemia, para luego caer en enero un 10%.
La marcha promedio de los países analizados -como Estados Unidos, Bélgica y Austria- documenta una leve baja antes del Covid-19, que se vuelve más pronunciada a partir de noviembre 2020.
En Taiwán los nacimientos, en cambio, se derrumbaron, con un retraso difícil de explicar, solo a partir de enero. En cambio el coronavirus no tuvo ningún impacto en Dinamarca, Finlandia y Noruega, en términos de nacimientos.
Allí permanecieron estables. Sobotka señaló varios factores: por un lado razones económicas y una red social más extendida, mientras en los países más afectados probablemente pesaron motivos sanitarios y el temor a contraer la infección durante el embarazo.
Según el demógrafo austríaco, tampoco hay que subestimar las dificultades para encontrarse de las parejas no convivientes en tiempos de cuarentena.
Para las parejas con niños, además, podría haber pesado el aislamiento forzado en casa de los abuelos, que en varios países son el «ejército de baby-sitters» más importante.
Sobotka, finalmente, plantea que el Covid-19 puede tener repercusiones en la tasa de natalidad también en el futuro.
En algunos países las mujeres, por varios motivos, están postergando la decisión de convertirse en madres, pero con la perduración de la pandemia -evidenció el demógrafo- la decisión podría llegar demasiado tarde.