Una embarazada debería subir entre 8 y 12 kilos durante este período. Pero en los últimos años el peso excesivo aumentó, incluso para estas mujeres, lo que aumenta el riesgo de sufrir complicaciones graves vinculadas a la gestación, como la hipertensión y diabetes, pero también provoca malestar y molestias en el cuerpo.
Un reciente análisis publicado en The Lancet Diabetes & Endocrinology sobre la creciente carga de la obesidad materna en todo el mundo destacó la necesidad de que la comunidad médica y los pacientes se enfoquen en controlar el sobrepeso antes del embrazo.
El exceso de kilos durante la gestación aumenta el riesgo de problemas de salud en el niño a lo largo de toda su vida, incluyendo la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas.
La doctora Micaela Iglesias, integrante del servicio de Obstetricia del Hospital Universitario Austral, explicó que se utilizan diversos sistemas para especificar la obesidad en las gestantes. “El más frecuente es el Índice de masa corporal (IMC) que relaciona el peso y la altura. Con éste índice, teniendo en cuenta el peso previo al embarazo, podemos estimar cuánto debería aumentar una mujer gestante. La suba ideal va de los 8 a los 12 kilos.”, comentó.
“Previo al embarazo, la obesidad materna predispone la esterilidad y también los abortos tempranos; y durante la gestación el sobrepeso triplica el riesgo de hipertensión y sus complicaciones como por ejemplo la preeclampsia. Además, los bebés de mujeres con estas características suelen crecer menos”, agregó.
Por otro lado, aumenta el riesgo de padecer diabetes gestacional, con el agravante de que estas pacientes pueden persistir diabéticas luego del embarazo. Como complicación “extra” vale mencionar que los recién nacidos de madres diabéticas suelen tener alto peso para la edad gestacional, y que esto se asocia a complicaciones durante el parto y el control metabólico del recién nacido.
También se sabe que la obesidad de la mamá gestante está fuertemente asociada a las cesáreas de urgencia, así como también a una mayor tasa de hemorragias postparto e infecciones de la herida en el puerperio.
Por otra parte, la médica destacó que una de las consultas más frecuentes durante el control prenatal es el dolor lumbar, ya que el peso del útero asociado al exceso de peso recae sobre la pelvis, lo que provoca molestias sobre todo en las últimas etapas del embarazo.
Por último mencionó que si bien la información sobre los riesgos del sobrepeso en el embarazo parece alarmante, es importante para prevenirse. Por ello, desde la primera consulta, es fundamental aconsejar a la mamá gestante sobre qué alimentos debe consumir y en qué cantidad. Inclusive, de ser necesario o si la paciente lo solicita, siempre se puede recurrir a un nutricionista.