Con motivo del día de San Valentín, la organización no gubernamental Amnistía Internacional (AI) lanzó una campaña mundial en favor de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres bajo el eslogan «Mi cuerpo, mis derechos».
«El amor tiene derechos» es otro de los lemas de esta campaña, cuyo objetivo es sensibilizar a la población sobre la importancia de los derechos humanos básicos relacionados con la sexualidad, el embarazo, el parto y la maternidad, y alertar a los responsables políticos de que deben cumplir con sus compromisos.
Esos derechos que fueron reconocidos a nivel internacional en 1994 durante la Conferencia de Naciones Unidas sobre Población y Desarrollo del Cairo, recuerda la entidad.
Para concienciar de la necesidad de respetar y hacer valer estos derechos, AI cita algunos ejemplos de abusos y atropellos, como el caso de una joven de Indonesia acusada de adulterio por la policía local cuando fue a la comisaría para denunciar que había sido violada. O el caso de una empleada doméstica de treinta años que vive en ese y se le negó el uso de anticonceptivos en un centro de salud en Yakarta, debido a que aún no había tenido hijos.
También mencionó el caso de una niña de diez años violada por un sacerdote en Nicaragua que fue presionada para que no denunciara a su agresor y éste no fuera perseguido por la justicia ni condenado a treinta años de prisión.
Son algunos hechos que demuestran las profundas consecuencias de la discriminación que sufren millones de mujeres y niñas en el mundo, simplemente por su género.
Según AI los efectos suelen ser catastróficos cuando las personas no tienen acceso a buenos servicios de salud y la información pertinente.
La gran mayoría de los jóvenes de todo el mundo no tienen acceso a una educación sexual adecuada: «a todos y cada uno de los jóvenes les debe ser garantizado el acceso a la educación integral en sexualidad y otras medidas para ayudarlos a que tomen conciencia de sus derechos sexuales y reproductivos», alegó la organización.
En muchos países, la falta de autonomía y poder de decisión de las mujeres y las niñas suele ser otro hándicap.
Según Amnistía Internacional, toda persona tiene derecho a controlar su propio cuerpo, lo que no está garantizado para millones de mujeres y niñas.
«Muchas personas no son libres de decidir por sí mismas si quieren tener relaciones sexuales y con quién, si quieren casarse o tener hijos. Y docenas de estados no protegen a sus ciudadanos contra los actos de violencia sexual», aseguró la entidad.
Esta campaña no es un acto aislado de la organización, ya que AI también participará mañana en la campaña «Mil millones de pie», que lucha contra el cese de la violencia contra las mujeres y que pretende que millones de personas bailen al mismo tiempo en diversas ciudades de todo el mundo.
