Un grupo de científicos de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido consiguió crear células hepáticas a partir de la reprogramación de células de la piel de diez donantes, lo que abre las puertas a futuros tratamientos de enfermedades que afectan al hígado.
Las muestras de tejido de los voluntarios, siete de ellos con alguna enfermedad hepática y los otros tres sanos, sirvieron como punto de partida para obtener células madre pluripotentes inducidas (iPS, en sus siglas en inglés).
Este tipo de partículas comparte ciertas características con las embrionarias que tienen la capacidad de poder convertirse en cualquier tipo de tejido del cuerpo humano. Para transformar las células iPS en tejido hepático, los investigadores emplearon una serie de componentes químicos que, en el caso de las muestras extraídas de pacientes enfermos, consiguieron que las células reprodujeran los diferentes tipos de patologías de los donantes.
Los científicos creen que este avance debe servir no sólo para la investigación de las enfermedades del hígado a través de la reproducción de las mismas en el laboratorio, sino que también podría ser clave para la creación de tejido que ayude a reparar los daños causados por patologías como la cirrosis, la hepatitis o el cáncer de hígado.
Uno de los investigadores, Ludovic Vallier, del centro de investigaciones con células madre de la Universidad de Cambridge, afirmó que este trabajo supone «un gran paso para decidir las posibilidades clínicas de las células madre», aunque advirtió de que aún son necesarios más estudios para conseguir desarrollar tratamientos efectivos.
Las investigaciones sobre las enfermedades relacionadas con el hígado suelen toparse con la dificultad de que las células hepáticas, conocidas como hepatocitos, no pueden reproducirse en el laboratorio, por lo que este estudio, que abre la posibilidad de crear hepatocitos a partir de células madre, facilitaría la investigación y la prueba de nuevos tratamientos.
Además, los investigadores podrían incluso llegar a personalizar las terapias con la creación de tejido hepático a partir de muestras de piel del propio paciente, lo que reduciría los rechazos.