Florence Nightingale, la madre de la enfermería, moría hace 100 años

Desafió a toda una  época para cuidar soldados heridos. Instauró cambios estructurales en medicina al capacitar a mujeres en la profesión. Aún se la recuerda como heroína.

Su historia llena desde hace generaciones las páginas de los manuales escolares y fue objeto de varias películas. Florence Nightingale, la chica de buena familia inglesa que se dedicó a atender soldados heridos, quebró todas las convenciones de la época en la que vivió. Hoy, a 100 años de su muerte,  aún se la recuerda.

 

A causa de sus acciones que supieron expandirse en diversas regiones, fue la inspiración de Henry Dunant, el fundador de la Cruz Roja. El 13 de agosto, hace 100 años, Nightingale moría a los 90 años. Hoy, en el Reino Unido sigue siendo festejada como una heroína.

 
Al parecer, sintió un llamado divino que la convenció de servir al prójimo. Contra la voluntad de sus padres, que esperaban algo mejor para su astuta hija, se fue a los hospitales. Cuando se desató la Guerra de Crimea y llegaron a Londres los informes sobre los terribles sufrimientos de los soldados y las deficientes condiciones de higiene en los hospitales de campaña, Nightingale no dudó y emprendió camino hacia la península de Crimea, en el Mar Negro.

 
Lo que vio allí no hizo más que afianzar su determinación: los soldados, que gemían de dolor y hambre; las ratas que se deleitaban con la sangre; los oficiales que despreciaban su oferta de ayuda, considerando a quien ya era una experimentada enfermera una entrometida, dado que hasta ese entonces, eran soldados sin formación quienes se ocupaban de los heridos y enfermos, mientras que a las mujeres sólo se les permitía limpiar los hospitales.

Nightingale enfrentó con obstinación todos los obstáculos, se impuso y se convirtió en la «dama de la lámpara», apodo que se ganó por pasearse por las noches por los pasillos con su lámpara de petróleo, preocupada por la salud de los enfermos. Finalmente se enfermó ella misma y tuvo que regresar a su casa. Allí fue recibida como una heroína.

 

Más tarde dio que hablar cuando formó a las enfermeras y propuso cambios estructurales en la medicina. El giro de actitud que instauró en el Reino Unido se pudo comprobar pocos años después de su muerte: la misma futura Reina Madre y en ese entonces Lady Elizabeth Bowes-Lyon atendió heridos en los hospitales durante la Primera Guerra Mundial. Hoy en día, hospitales y centros de atención de todo el mundo llevan el nombre de Florence Nightingale.

El fundador de la Cruz Roja, Henri Dunant, resumió más tarde la labor de esta enfermera británica: «Yo seré el fundador de la Cruz Roja y el propulsor de la Convención de Ginebra, pero el honor que me fue concedido por ello debo compartirlo con una mujer inglesa».

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