Camila Sánchez, la niña de tres años que estaba en estado vegetativo desde que nació y se convirtió un símbolo de la lucha por la muerte digna, murió ayer pasado el mediodía, luego de que los médicos del Centro Gallego accedieran al pedido de la familia de desconectarla.
“Hoy, Camila, nuestro ángel pudo partir. Gracias a los médicos que pudieron interpretar el sentido de la ley Nacional de derechos de los pacientes, gracias al esfuerzo de todos los que se conmovieron y desde su lugar, pudieron acompañarnos en este proceso de dolor y lucha incansable”, indicó su madre, Selva Herbón, en su cuenta de Facebook.
“Camila nos dejó huella, hoy nuestras oraciones son por ella, por nuestra familia y por todos USTEDES, infinitas gracias a tod@s”, agregó la mujer que reinstaló en la agenda política el debate sobre la muerte digna y que ayudó a que este procedimiento esté contemplado por la ley desde el 24 de mayo último.
El pedido formal por parte de la familia para la desconexión se había realizado el lunes. Los médicos, esta vez, accedieron, pero primero se asesoraron durante el procedimiento.
Sus padres decidieron no estar presentes, pero quien fue testigo del momento fue Marcelo Véliz, amigo de la familia, quien acompañó a Selva Herbón en la lucha. “Falleció pasado el mediodía en el Centro Gallego, donde estaba internada”, confirmó el hombre, en declaraciones radiales.
Camila Sánchez , que había nacido muerta por una mala praxis y fue revivida por los médicos por 20 minutos, permaneció en estado vegetativo permanente por más de tres años. Su historia motivó que la «muerte digna» se conviertiera en ley en la Argentina.
