Mutilación genital femenina provoca efectos psicológicos similares al abuso sexual

En el Día Mundial de la Tolerancia Cero contra esta páctica, la Dra. Elise Johansen, perteneciente a OMS, advirtó sobre sus consecuencias. Se estima que hasta 140 millones de mujeres han sido víctimas de la ablación.

Una niña que haya sufrido mutilación genital tendrá de por vida graves problemas físicos y además un alto riesgo de padecer importantes complicaciones psicológicas, similares a las que soportan las menores víctimas de abusos sexuales. Así lo explicó a la agencia Efe la doctora Elise Johansen, del departamento de Salud Reproductiva de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el día Mundial de la Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina, que se celebra el 6 de enero.

«Varios estudios destacan el riesgo de complicaciones psicológicas a largo plazo, incluyendo depresión, estrés postraumático, desórdenes mentales y ansiedad similares a los que padecen las niñas que han sido abusadas sexualmente», afirmó Johansen.

La doctora subrayó que incluso las que nunca padecieron alguna de estas complicaciones, sufrieron un dolor, una fuerza y una violencia que las obligó a mantenerse quietas durante el procedimiento de la ablación, «lo que es un trauma en sí mismo». «Pero sobre todo, las habrán privado de por vida del órgano más sensible de todo el cuerpo, el clítoris», agregó Johansen.

La ablación de la mujer comprende todos los procedimientos quirúrgicos que consisten en la extirpación total o parcial de los genitales externos u otras intervenciones practicadas en los órganos genitales por motivos culturales o no terapéuticos. 

«Hay muy poca investigación sobre la mutilación genital femenina y especialmente sobre los riesgos inmediatos para la salud, pero basándonos en los datos de los hospitales, se sabe que mucha niñas sufren hemorragias e infecciones, que pueden llegar hasta causar la muerte», prosiguió.

Según la OMS, el tipo más común en este tipo de mutilación es la escisión del clítoris y los labios menores (en un 80 % de los casos), mientras que la más severa (15 %) es la infibulación, consistente en la extirpación del clítoris, los labios menores y parte de los mayores, seguida del cierre vaginal mediante sutura. Las consecuencias perniciosas no se dan sólo en el momento de la «operación», sino durante el resto de la vida. 

A largo plazo es causa de infertilidad, infecciones crónicas, relaciones sexuales dolorosas, así como causa de complicaciones durante el embarazo y el parto, tanto para las mujeres como para los recién nacidos. 

«Se ha comprobado que la mutilación genital incrementa la prevalencia de determinados problemas sexuales, incluyendo dolor en el intercambio, disminución del deseo y merma del placer», comentó la doctora. 

Johansen explicó que, según estudios no publicados, el 21 % de las mujeres que han padecido los tipos I y II de la mutilación genital -que consiste en la ablación del clítoris y los labios, pero no la sutura de la vagina- tienen hemorragias después del parto, y entre un 15 y un 98 % tienen que ser internadas en hospitales. 

«Además, si ha habido una ablación, el riesgo de que el niño nazca con problemas o muera aumenta considerablemente. Se estima que entre 1 y 2 niños de cada cien mueren porque su madre fue mutilada en la niñez», indicó la experta de la OMS.

Por otra parte, estadísticas clínicas demuestran que la mutilación genital causa otros daños irreparables, como el contagio del VIH-sida, o la hepatitis.

A pesar de la creciente concienciación, cada año, cerca de tres millones de niñas y mujeres son víctimas de la ablación genital en el mundo, es decir, ocho mil por día, y la mayoría de estas mutilaciones, se practican cuando tienen entre cuatro y doce años de edad. 

«Algunos países lo hacen pronto para que las niñas no se acuerden del dolor. Pero en otros países lo hacen más tarde porque consideran que las niñas son más maduras para asumir el dolor», dijo la doctora. 

«Los que lo practican tarde también lo hacen como parte de un ritual en el que el dolor es parte del objetivo, para que las prepare para el resto de sus vidas; también para inscribir en su memoria corporal los riesgos y los peligros asociados a la sexualidad y por tanto esperan que resistan mejor las tentaciones sexuales«, añadió. 

Johansen señaló como una tendencia nueva y peligrosa el apoyo que está obteniendo la práctica por parte de líderes religiosos. 

«En países como Egipto, Sudán y Mali grupos religiosos están promocionando la mutilación genital, y tildan a los que se oponen de neocolonizadores» concluyó la médica.

 Se estima que, entre 100 y 140 millones de mujeres en el mundo han sido víctimas de la ablación femenina.

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