Tomar antihistamínicos en el embarazo, riesgoso para bebé

Según expertos, aunque causen alivio, incrementan el riesgo de nacimientos prematuros y bebés con bajo peso. Es la primera vez que se asocia a estos remedios con el peligro. 

Tomar antihistamínicos para contrarrestar las náuseas matutinas severas o el malestar conocido comúnmente como «morning sickness» durante el embarazo puede traer consecuencias adversas, de acuerdo con un reciente estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).

La investigación, que fue publicada en la edición de junio del European Journal of Obstetrics and Gynecology and Reproductive Biology, encontró que las mujeres que toman estos remedios para lograr dormir mientras padecen este tipo de descompostura tienen un riesgo bastante más alto de experimentar nacimientos prematuros y bebés con peso bajo. Esta condición es conocida como hiperemesis gravídica (HG).

«Las mujeres y sus médicos deben estar al tanto del riesgo de las consecuencias negativas cuando deciden sobre cuál medicamento tomar para tratar los síntomas», declaró Marlena Fejzo, investigadora de UCLA y autora del estudio que por primera vez vincula el uso de antihistamínicos a consecuencias negativas en el embarazo.

De acuerdo con la autora, los hallazgos del informe brindan información importante para disminuir los nacimientos prematuros y los riesgos que estos conllevan.

«Fue sorprendente encontrar un vínculo entre los antihistamínicos y las consecuencias adversas, ya que estos son medicamentos vendidos sin receta médica usados comúnmente por mujeres con HG en el embarazo», indicó la investigadora, que padeció esta condición durante su primer embarazo.

El padecimiento severo de náuseas durante el embarazo puede llegar a ser tan fuerte que algunas mujeres en el estudio reportaron haber sufrido de desprendimientos de retina, tímpanos reventados, costillas rotas y esófagos rasgados.

El estudio, que duró seis años, comparó las consecuencias en los embarazos de 254 mujeres con HG que estuvieron tan enfermas que requirieron tratamiento por deshidratación, con 308 mujeres que tuvieron náuseas normales o no las padecieron durante el embarazo y encontró que las que tuvieron HG tenían hasta cuatro veces más riesgos de sufrir consecuencias adversas.

Fejzo comparó, además, dos grupos de adultas que padecieron HG durante el embarazo, uno que tuvo resultados adversos y otro que no, y analizó más de 35 medicamentos comúnmente utilizados para tratar la condición.

La investigadora encontró que al menos el 50% de las embarazadas con HG que tomaron estos remedios experimentaron problemas.

«Nuestros hallazgos muestran no sólo que el uso de antihistamínicos está vinculado a resultados adversos, sino que también no son tan efectivos. Las mujeres con HG deben de estar al tanto de esto para que puedan tomar mejores decisiones sobre cómo tratar sus síntomas del HG», aseveró la investigadora.

De acuerdo con el informe, esta condición es diagnosticada en 0,2 a 2% de las mujeres embarazadas, y si bien se desconocen las causas exactas ,existen ciertos factores de riesgo al haberla padecido en embarazos anteriores.

Otro es “tener una hermana que haya tenido HG, lo que aumenta el riesgo y sugiere que hay un componente genético», indicó la autora del estudio. que fue financiado por Hyperemesis Education and Research Foundation.

La científica destacó la necesidad de llevar a cabo más investigaciones sobre la condición para encontrar sus causas y que se puedan desarrollar medicamentos diseñados específicamente para tratarla.

Actualmente, Fejzo y su equipo recolectan muestras de saliva de mujeres con HG y de gestantes con embarazos normales para analizar su composición genética y saber si existe algún gen que predispone a ciertas mujeres a padecer este cuadro.

Los investigadores llevan a cabo, además, un estudio en futuras madres con HG para determinar si las náuseas violentas y vómito tienen algún efecto en el futuro de los bebés. 

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