Los temas en agenda asociados a la mujer son múltiples y los profesionales en Salud Mental saben que pueden aportar al debate sobre los cambios de paradigma en cuestiones de género y el armado de una familia; así como también reflexionar sobre el aborto y la salud reproductiva; la prevención de estereotipos y violencia contra la mujer y el camino para conseguir la igualdad en el plano laboral.
Ante este contexto, no es casual que el XXXIII Congreso de Psiquiatría de APSA se haya realizado una jornada entera llamada “Salud Mental de la Mujer: Impacto de los cambios socioculturales de la Región”, que contó, entre diversas autoridades, con dos invitadas de lujo. Una de ellas es la psicoanalista argentina Virginia Ungar, quien desde 2017 se convirtió en la primera mujer en presidir la Asociación Psicoanalítica Internacional (API), fundada por Sigmund Freud en 1910. La otra es la psiquiatra y sanitarista australiana Helen Herrman, quien es presidente de la World Psychiatric Association (WPA).
“¿Qué por qué la Asociación Psicoanalítica Internacional no tuvo antes una presidenta mujer? No tengo una respuesta para esto. Pero el psicoanálisis ha trabajado la noción de femeneidad desde Freud o antes”, indicó Ungar a DocSalud.com. Al ser la primera fémina en liderar la agrupación, que integra a 90 sociedades psicoanalíticas de 47 países del mundo, le pareció oportuno que el título del “51 Congreso Internacional de API”, que se realizará entre el 24 y el 27 de julio de 2019 en Londres, Inglaterra, lleve como título “Lo femenino”.
“Lo femenino, a mi entender, es un concepto más inclusivo o más pasible de salir de cierto binarismo ‘femenino-masculino’, porque puede estar albergado tanto en el cuerpo de una mujer como de un hombre, o bien dentro de alguna expresión artística”, sostuvo la psicoanalista. Si bien los temas que se tratarán en cada mesa están próximos a definirse, estima que no faltarán los foros ligados a la situación actual de la mujer, como su lugar en la sociedad contemporánea, las desigualdades aún persistentes en el campo laboral, la salud reproductiva, la maternidad y el deseo de hijos (hoy, en cuestión). Por otra parte, pronostica que también se ahondará en la violencia contra la mujer, que se ejerce de diversas formas en distintas partes del globo.
“El psicoanálisis tiene mucho para aportar al debate sobre las problemáticas actuales de la mujer, como por ejemplo la inserción laboral y el trabajo no remunerado, así como también sobre la apertura de teorías de género”, señaló la titular de la API y destacó que si bien la disciplina transitó grandes cambios, siempre tuvo grandes figuras femeninas, como Anna Freud (Hija de Sigmund Freud), Melanie Klein.
En representación de la WPA, Herrman, dictó una conferencia llamada “La Salud Mental de la Mujer en el Mundo – Actualización y Perspectivas”. Señaló que en la actualidad “las consecuencias individuales y comunitarias de la violencia ahora se reconocen con más claridad que en el pasado, como uno de los principales desafíos de la salud global y mental”.
“Las personas afectadas por la violencia de sus parejas o por maltrato infantil corren más riesgo de padecer enfermedades mentales como depresión, ansiedad o comportamiento suicida, así como también de sufrir secuelas emocionales y efectos acumulados de la desventaja social”, indicó la psiquiatra australiana.
Y señaló que las mujeres que han sufrido violencia por parte de sus cónyuges tienen casi el doble de probabilidades de padecer depresión, un dato alarmante si se toma en cuenta que el 35% de las féminas a nivel mundial fueron maltratadas por sus parejas o bien por otras personas.
Asignaturas pendientes
Se sabe que la práctica psicoanalítica requiere sus tiempos específicos y la realidad puertas adentro del consultorio transcurre a distinta velocidad a la de los cambios de nuestros tiempos. Ante la pregunta de si esa vertiginosidad es un desafío, Ungar recordó la escena de Alicia en el país de las maravillas, en la que Alicia persigue el horizonte al que nunca llega porque se mueve con sus propios pasos. Pero destacó que el rol de los profesionales de la Salud Mental es fundamental en tiempos de celeridad para frenar y reflexionar.
“El análisis requiere un tiempo que no puede fijarse de antemano, pero tenemos la experiencia para ayudar a pensar desde nuestro trabajo cotidiano y también afuera del consultorio los desafíos de estos tiempos. La realidad y sus cambios nos interpela como profesionales y si bien no tenemos respuestas inmediatas, contamos con herramientas para pensar en nuevas situaciones, como por ejemplo las distintas nociones de familia y de crianza, de género y otras”, remarcó.
Por su parte, Herrman sostuvo que “se necesitan estrategias para disminuir los factores de riesgo y promocional la salud mental de las mujeres“, al ofrecer capacitación por parte de psiquiatras y profesionales de Salud Mental en servicios de atención primaria y así prevenir los riesgos de enfermedad en las generaciones actuales y futuras.