En el trabajo, en los ratos de ocio, al viajar, interrumpiendo la comida y las conversaciones, y hasta en la cama: en muy poco tiempo, no ha quedado casi ningún espacio sin “colonizar” por las pantallas de celulares, computadoras, tablets y demás sucedáneos. El impacto ha sido total en nuestra psicología, en la manera de relacionarnos, y también en nuestra visión.
La presbicia se debe a la dificultad del ojo para acomodar automáticamente su lente natural, llamada cristalino, en el proceso de la visión. Es parte de un deterioro natural que aparece con los años y que normalmente hacía que las personas de más de 50, tanto mujeres como hombres, no pudieran vivir sin usar anteojos (en muchos casos, diferentes para ver de lejos y de cerca).
El caso es que una reciente noticia difundida por la agencia internacional Europa Press asegura que, a causa de la sobreexposición a las pantallas electrónicas, la presbicia está empezando a afectar cada vez más a las personas antes de los 40 años. Este cambio que hizo a este problema más precoz se dio, según aseguran en el instituto oftalmológico IOTT de España, en apenas 5 años.
“La presbicia es la causa de consulta más común en pacientes de 40 años en adelante, aunque puede aparecer antes también, pero como es parte de un proceso natural de deterioro lo más probable es que todos se vean afectados en algún momento de su vida”, explica el doctor Robert Kaufer, especialista en Cirugía Oftalmológica y Director Médico de Kaufer Clínica de Ojos.
Una solución sugerida por el especialista es el reemplazo del cristalino por una lente intraocular multifocal, con el fin de no depender de los anteojos. Éstas surgieron como alternativa a las lentes de contacto y las cirugías refractivas de la córnea.
Tras un diagnóstico de precisión en el que el especialista evaluará la posibilidad de colocarlas, “las lentes intraoculares suelen aplicarse cuando el problema se localiza en el cristalino del paciente” y la intervención se realiza con anestesia local mediante gotas, con el paciente despierto o sedado según su propia preferencia, aclaró el especialista.
Algunas señales de que urge una consultar al oftalmólogo son notar dificultades para ver la hora en el despertador al levantarse, diferenciar el champú de la crema de enjuague cuando se está bajo la ducha, prepararse el desayuno o ver los números en el tablero al entrar en el auto para manejar.
La llegada al consultorio oftalmológico es motivada, la mayor parte de las veces, por la pérdida de la calidad de vista; pero muchas veces eso recién se da cuando la merma visual ya está muy avanzada.
La única forma de proteger a la visión de la presbicia cada vez más precoz es reducir el tiempo de exposición del ojo a las pantallas electrónicas, a las que, sin embargo, nuestra cultura nos lleva a estar cada vez más dependientes. En este contexto, dependeremos de la calidad y seguridad de las soluciones que sea capaz de ofrecernos la medicina.