Los trastornos de tiroides atacan al 25% de las mujeres y entre los síntomas más conocidos del hipotiroidismo se hallan los cambios bruscos de peso, caída de cabello, piel seca, cansancio y uñas débiles. Pero pocas veces se presta atención a uno de los primeros indicios de esta enfermedad: la caída del deseo sexual.
Rogelio García Centeno, endocrino del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, explicó que la merma las ganas de tener relaciones íntimas es precisamente uno de los síntomas que permiten diagnosticar muchas de estas patologías.
«Es lógico que disminuya el apetito sexual cuando una mujer sufre una enfermedad de cualquier tipo, pero más aún si se trata de un trastorno endocrinológico, ya que se inhiben las hormonas que controlan el aspecto sexual. También les ocurre a los hombres, puesto que lleva a niveles de testosterona más bajos y, como consecuencia, hay un deterioro de la libido», indicó el experto al diario español El Mundo.
Pero el experto advirtió que con la falta de deseo no debe ser una excusa para dejarse estar y sumar kilos, porque “una vez que se controlan los niveles hormonales con el tratamiento oportuno, tanto el peso como el deseo deberán volver a la normalidad”.
“Algunas mujeres se amparan en el diagnóstico de enfermedad para disculpar la subida de peso, su cansancio, etc. Antes del diagnóstico, sí que está más que justificado, pero una vez tratado, al menos médicamente, ya no», agregó.
Por su parte, el endocrinólogo Carlos Morillas, del Hospital Universitario Dr. Peset, de Valencia resaltó que “el hipotiroidismo va a requerir un tratamiento hormonal sustitutivo de por vida, pero de fácil seguimiento y que no debe acarrear problemas de aumento de peso o de inapetencia sexual si se administra la dosis correcta de la hormona deficitaria».
Con todo, los especialistas destacaron que la enfermedad no resta atractivo, por lo que es importante que, una vez diagnosticada, la mujer adapte su rutina sin empobrecer su sexualidad ni su capacidad de seducción. Ella debe saber que es normal que su libido baje en los momentos en que el trastorno está sin tratar, pero esa tendencia es reversible.
García Centeno nos explicó que “en la enfermedad endocrinológica la mayoría de hormonas están interreguladas y si hay un exceso o un defecto de una de ellas, se alteran también los niveles de las demás». Pero con un tratamiento indicado, el círculo vicioso se revierte.